La Mandataria sostuvo que la gente joven hace de América Latina la región más rica del mundo, con gran potencial de desarrollo y crecimiento sostenido, razón por la cual es importante el impulso a programas que permitan su buena formación temprana, como la Red de Cuido.

“Esta política no solamente permite a las familias trabajadoras, en particular a las madres jefas de hogar, que en países como los nuestros son un número importante, tener oportunidades solidarias que le permitan atender sus obligaciones laborales sin tener que preocuparse todas las noches con quien van a dejar a sus hijos, sino que además permite desde muy temprano empezar a generar los estímulos necesarios para que el rezago que acumulan los niños que no tienen buenas oportunidades no deban enfrentar brechas sociales tan odiosas en adelante”, agregó.



Chinchilla también hizo un llamado para que niños y jóvenes tengan garantía de acceso a la educación.

Finalmente, la Presidenta reflexionó sobre la vulnerabilidad de la niñez y la adolescencia en el acceso a una justicia, pronta y cumplida, adecuada a sus condiciones sociales y orientada a su superación personal.

Señaló la importancia de recuperar experiencias exitosas de otros países, donde sin claudicar en la aplicación firme de la legislación penal con respeto al marco de derecho y las garantías procesales respectivas, se complementa con acciones de prevención social y comunitaria, recuperación de espacios públicos y programas de convivencia en escuelas y colegios.

Chinchilla mencionó al respecto, que en los dos primeros años de su Administración, se logró incidir a favor del país, en indicadores como tasas delictivas, de victimización y la sensación de inseguridad en la población.

Para lograrlo enfatizó, se echó mano a instrumentos como la Ley Penal Juvenil que ha debido resistir a propuestas como disminuir la edad de responsabilidad penal, ampliar las sanciones punitivas y desmontar muchas de las salidas alternativas para abordar la violencia juvenil.

Es primera vez que este foro internacional se realiza en Costa Rica, en reconocimiento a las políticas públicas a favor de la niñez y la adolescencia que promueve el actual Gobierno de la República.