La frustrada reunión que sostendría la Secretaría Centroamérica de Integración Económica (SICA) luego de la asunción de Laura Chinchilla en Costa Rica el fin de semana para abordar el retorno de Honduras a ese organismo, no hizo más que alargar el aislamiento del gobierno de Porfirio Lobo de gran parte de la comunidad latinoamericana.

Dejar en el tintero el tema no abona a la solución del problema, especialmente cuando otras regiones del Continente como la Unión de Naciones de Suramérica (Unasur), intentan sacar raja política minando la causa hondureña, tal como sucedió la semana pasada.

Diez países de la Unasur, del que forman parte varios países de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (Alba) que apoya al ex presidente Manuel Zelaya, amenazaron con hacer fracasar la Cumbre entre la Unión Europea y América Latina (UE-ALC) a realizarse en Madrid, España del 17 al 19 de mayo luego de que se invitara a Lobo.

Liderados por Brasil, Venezuela y Ecuador, y apoyados por México, los de la Unasur dijeron que no asistirían si acudía Honduras, cuyo gobierno consideran ilegítimo surgido tras un proceso golpista que terminó en la destitución y expulsión de Zelaya.

Pese a que la UE sí apoya al gobierno hondureño, no tuvo más que aceptar la renuncia a participar de Lobo y seguir con lo programado. Hasta entonces, presidentes como Inazio Lula Da Silva confirmaron su asistencia.

Medios venezolanos pro Hugo Chávez consideraron que la Alba obtuvo un triunfo de cara a la cumbre, a la vez que criticaron a Centroamérica de apoyar a Lobo.

"EE.UU., la UE y algunos gobiernos de Centroamérica, han reconocido como legítima la cuestionada elección de Porfirio Lobo... con la presión económica y política, tanto los estadounidenses como los europeos han querido influenciar a los gobiernos de América Latina a que reconozcan el gobierno de Lobo y 'pasen la página'...", escribe el Correo del Orinoco, de Caracas.

En medio de toda esa polémica, ¿qué le queda por hacer a los países del SICA en favor de Honduras? El ente no ha solventado el problema, pese a declaraciones como las del presidente Mauricio Funes de que hay que correr para que Honduras esté reintegrada a este organismo y a la Organización de Estados Americanos (OEA) antes de la Asamblea General a efectuarse en junio.

Desde que se frustró una reunión con Ortega y Colom, Funes se ha mostrado cauteloso en la campaña por la reincorporación de Honduras, con cuyo gobierno ha normalizado relaciones. Colom ha seguido las gestiones, mismas que la estrenada presidenta Chinchilla ha dicho que apoyará. Sin embargo, Funes ha sido claro que no se aliará con el chavismo.

El Salvador, Guatemala, Costa Rica y Panamá no han logrado convencer a Nicaragua de que reconozca a Lobo, aunque eso arriesgue la negociación por un Acuerdo de Asociación con la UE.