San José, 30 de octubre de 2012.-   O estamos “domesticados”, como decía “Don Pepe”, o carecemos de conocimiento sobre nuestro derecho a conocer el por qué falla un servicio, que no es gratuito, sino que pagamos por el mismo, y que por consiguiente somos “clientes”, no “beneficiarios” a los que los suplidores o prestatarios tienen la obligación de brindarlo tal y como fue ofrecido al momento de contratarlo, o asumir la responsabilidad cuando éste servicio falla.

Una de las “principales atenciones” de un vendedor o suplidor de un servicio en el momento en que falla, es comunicarlo a sus clientes, ya no solo por cortesía, sino por “obligación legal”, y por “ética comercial”. Pero aquí, ninguna de las dos funciona, y mucho menos la “Oficina de Protección al Consumidor, o la SUTEL” que siempre se lavan las manos manifestando que el problema no es de su competencia y pasando la pelota para otra dependencia.

Ayer, entre colegas y amigos, o familiares, nos consultábamos sobre si al otro le fallaba tal o cual pagina web; comentábamos sobre la pobre respuesta que recibíamos a través de las redes sociales, y hasta llegamos a especular que seguro la “famosa tormenta Sandy” tenía algo que ver en el asunto.