Calderón como "Imposición consumada, México de luto", "Presidente de telenovela" y "Candidato de los poderes fácticos".

La ceremonia inició después de las 10 locales (16 GMT), con más de una hora de retraso, en ausencia de Peña Nieto, con mensajes de cada uno de los jefes de las bancadas parlamentarias, en las que se formularon fuertes críticas pero también elogios hacia el mandatario. Tras recibir la banda, el nuevo mandatario se dirigió al Palacio Nacional, ubicado en las cercanías, donde tomó protesta a su nuevo gabinete, al que pidió trabajar con "apego a la ley, honestidad, pasión y amor por México" y luego leyó su primer mensaje, ante unos 1.500 invitados.

En su discurso, Peña Nieto abogó por un "México en paz" y anunció varias medidas, entre ellas un programa nacional de prevención del delito, para rectificar la estrategia anticrimen de su antecesor, que arrojó más de 83.000 muertos en 6 años.

El ciudadano debe ser "el centro de las políticas de seguridad. México exige vivir en paz. El delito no solo se combate con la fuerza. Es imprescindible que el estado emprenda une esfuerzo integral para reconstruir el tejido social", afirmó Peña.

El jefe de Estado anunció una "real y eficaz coordinación entre las autoridades para combatir la impunidad y hacer que prevalezca la justicia y la paz" y dijo que "las ciudades deben volver a ser espacios de tranquilidad, donde no haya temor de perder la libertad o la vida". Peña Nieto anunció también una "cruzada nacional contra el hambre" en un periodo de 60 días al considerar "indignante e inaceptable" que su país sea una nación "donde pocos lo tienen todo y la mayoría carece de condiciones para el goce efectivo de sus derechos".

Entre 2008 y 2010, la cifra de pobres aumentó en 3,2 millones de personas, al pasar de 48,8 millones a 52 millones de personas, casi la mitad de la población, según cifras oficiales.

Peña Nieto dijo que México goza de una "estabilidad económica" envidiable desde hace más de tres lustros por lo que "tenemos una oportunidad histórica para proyectar a México hasta convertirlo en una potencia como lo merece ser".

El país crece a un ritmo de 4% anual y tiene una inflación baja, de apenas 4%, además de acumular las reservas más altas de América Latina, después de Brasil, 162.000 millones de dólares.