próximo año. Añadió que Ecured cuenta con una biblioteca digital, con aproximadamente seis mil títulos. Dijo que el objetivo de esta biblioteca es servir de fuente “acreditada” para elaborar artículos. Sin embargo el funcionario no se refirió al hecho de que las autoridades del gobierno hicieron a un lado libros y ensayos, biografías e informaciones que no se ajustan al modelo político e ideológico oficial.

Así, en Ecured, la opositora Yoani Sánchez, es descrita como una “cibermercenaria y bloguera cubana” y la fallecida líder de las Damas de Blanco, Laura Pollán, como la fundadora de un grupo que “desde su aparición pública comenzó a realizar actos de desacato y desorden público”. La red también se refiere al director de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez Santa Cruz, como el “contrarrevolucionario de origen cubano que por orientaciones de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en la Habana y la CIA ha fundado varias organizaciones con fachada de defensoras de los derechos humanos, para ocultar sus actividades anticubanas”.

La versión de Ecured para celulares se enmarca en la política gubernamental sobre las comunicaciones en línea y el uso de internet.
Cuba es uno de 60 países que censuran la transmisión en línea y limitan o acosan consistentemente a sus usuarios. El promedio de acceso a internet de los cubanos es el más bajo del Hemisferio Occidental.

Un informe anual de la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), con sede en París, titulado Los enemigos de Internet, concluyó que Cuba impone un cerco de vigilancia tan alto como China, Corea del Norte e Irán, entre otros estados totalitarios.

La conexión individualizada de la red cubana está restringida a las entidades oficiales e instituciones educativas y culturales bajo estricta supervisión. Asimismo la operatividad y la velocidad del flujo de información electrónica están determinadas vía satélite.

El acceso a extranjeros y ciudadanos cubanos debe ser autorizado oficialmente después de un exhaustivo escrutinio. Los pagos por el servicio deben abonarse en dólares o moneda convertible.

Las tarifas por una hora de internet, con una conexión lenta, oscilan normalmente entre $10 y $12 en los cibercafés y hoteles de la isla. En el mercado negro, que opera al margen con códigos de acceso, el costo puede fluctuar entre $40 y $50.

Las autoridades cubanas han priorizado el acceso y uso social de internet en las universidades y centros de investigaciones, oficinas estatales y profesionales, así como médicos y periodistas del gobierno. Para el ciudadano de a pie se bloquea el acceso a muchas páginas consideradas “enemigas” y se interfieren teléfonos celulares y smartphones registrados en el país para que no puedan bajar páginas de la red.