El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos señaló, por su parte, que el ejército después de apoderarse del distrito, disparó andanadas de misiles contra barrios vecinos, tratando de sacar provecho de su victoria.

Las tropas también bombardearon el bastión de la oposición cerca de Rastan, en la central provincia de Homs, indicó el Observatorio y añadió que la cifra final de muertos por los enfrentamientos iniciados el sábado no se había determinado debido a las dificultades de comunicación.

A lo largo del territorio sirio ayer murieron más de 400 personas, incluidos los de la masacre en Homs, en lo que ha sido calificado como el día más sangriento del conflicto armado.

En otro frente de guerra, las tropas sirias bombardearon bastiones rebeldes cerca de Damasco un día después de que al menos 32 civiles, incluidos 11 niños fueron asesinados por los ataques aéreos y fuego de artillería en la cercanías de la capitarl.

Según el Observatorio, con sede en Londres, los bombardeos se han centrado en el suroeste y noreste de Damasco y en ciudades periféricas.

Este último episodio de violencia se produce después de que el enviado de paz de las Naciones Unidas y la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi, advirtió ayer en Moscú que Siria se convertirá en un "infierno" si no hay solución política negociada a la crisis.