esto es un 2% de inflación real. Si el resto de los bloques sufren un aumento similar, significa tendríamos una inflación real acumulada del 10% o más, acorde con la realidad familiar de clase asalariada.

¿Pero entonces, por qué el Gobierno Neoliberal la calcula entre un 4% a 5%? Porque engañosamente manipula los porcentajes de inflación en base a la ponderación (valor) que se le asigna a cada grupo que afecta mayormente la inflación; así como, al número de los componentes individuales para disminuir su efecto global (minimizar el impacto) y por ende, el porcentaje de inflación. Veamos cómo lo hace.

En los bloques vivienda y transporte, de gran peso real para el gasto familiar, disminuyen su importancia y el impacto que tienen sobre ellos los aumentos, disminuyendo el valor de su ponderación (%) dentro del valor total; si dedicamos el 20% del salario al transporte, significa que su valor de ponderación real debe ser del 20% para estar de acuerdo con el peso real para el gasto familiar.

Pero qué pasa si el Gobierno Neoliberal, arbitrariamente decide darle un valor a la ponderación de digamos un 10%, en vez del 20%; siguiendo el ejemplo anterior: un aumento del 10% en la tarifa (como es usual) representaría un 1% de aumento en el gasto familiar; pero ese aumento sería ficticio; ya que, no correspondería a la realidad familiar; o sea, a la pérdida efectiva del 2% del valor adquisitivo de su salario; esto es, un 1% de inflación ficticia según el Gobierno Neoliberal, en vez de, un 2% de inflación real según el bolsillo familiar.

Si al resto de los bloques se les aplica un modelo similar, significaría que de acuerdo al Gobierno Neoliberal tendríamos una inflación ficticia acumulada del 5% o menos, en vez del 10% o más de inflación acumulada real.

¿Qué criterios utiliza el Gobierno Neoliberal para cometer estas arbitrariedades? Hay muchos y muy variados; pero casi todos tienen que ver con el criterio de referencia utilizado para “medir” la base salarial o poder adquisitivo que utiliza el Gobierno Neoliberal.

No es lo mismo el sueldo o salario de un Diputado, de un Presidente o Director Ejecutivo de una Institución Pública que el de un jefe de sección o una secretaria ejecutiva y mucho menos que el de un obrero o un misceláneo.

Al igual que el Producto Interno Bruto (PIB) los sueldos de los que más ganan, elevan y en mucho, el salario que No reciben los que menos ganan, a la hora de sumar los promedios y ponderar. En otras palabras gracias a los aportes en el papel de los que más ganan, el salario mínimo de un trabajador asalariado común puede subir hasta el doble o más, en el papel. Y ese salario promedio (no real) es el que utiliza el Gobierno Neoliberal para “medir” la base salarial o poder adquisitivo.

Esa es la forma en que “en promedio” el Gobierno Neoliberal baja artificialmente el valor de ponderación de un determinado bloque. Esa es también la forma en mientras para un Diputado o un Presidente de una Institución Pública el aumento del costo de la vida significa un menos del 1% de su poder adquisitivo; para un trabajador asalariado significa más del 10% y “en promedio” significa menos de un 5%.

Es por eso que el Gobierno Neoliberal siempre habla en términos macro-económicos y nunca en términos micro-económicos; o sea, en los que afectan directamente a los asalariados comunes y silvestres.

Bueno, pero eso No todo lo que hace el Gobierno Neoliberal para disfrazar o disimular la inflación real. Veamos que hace con los grupos o bloques multi-componentes.

La ponderación o contribución individual de cada componente (artículo o tarifa) afecta el porcentaje total de la inflación; aumentándolo, si la ponderación (valor que se le asigna) es muy alta o si los componentes son pocos (se concentran) y disminuyéndolo si la ponderación es baja (se deprecia) o los componentes muchos (se diluyen).

Como ejemplo: si al bloque de servicios públicos le asignamos un valor de un 20% del total (acorde con la realidad) y si por ejemplo tenemos 5 componentes: agua, electricidad, teléfono, servicios municipales y otros; a cada uno le debería corresponder un valor cercano al 20% del valor ponderado (valor individual). Si en dicho ejemplo el agua subió 20%, la electricidad 5%, los servicios municipales 10%, el teléfono 10% y otros 15%; en buena lid, la suma de los aumentos individuales nos da un 12% de inflación para ese grupo; respetando el valor ponderado, tendríamos un 2.4% de inflación acumulada real para ese bloque; si asumimos que los otros cuatro bloques tienen un comportamiento similar, el total real nos daría un 12% de inflación acumulada; algo muy similar a lo esperado y observado en la vida real.

¿Cómo calcula el Gobierno Neoliberal? Con base en las estadísticas pondera (asigna valor) con los porcentajes más altos a los componentes individuales que estadísticamente sufren los menores aumentos y con los porcentajes más bajos aquellos que tienen los mayores.

Veamos un ejemplo hipotético: si la electricidad es barata porque el Gobierno Neoliberal la subvenciona a las grandes empresas consumidoras, entonces le asigna un valor de digamos 50% y le pide a la Autoridad Reaumentadora de los Servicios Públicos (Aresep) No permitir aumentos significativos al ICE; al agua que también es barata y el Gobierno Neoliberal desperdicia en cantidades astronómicas, le asigna un valor de digamos 30% y tampoco permite aumentarla significativamente; al teléfono un 10% y lo mismo; pero a los servicios que sí aumenta constantemente la Autoridad Reaumentadora de los Servicios por ser de interés empresarial como los pasajes de autobús y otros, se les asigna un valor de un 5% y al resto de servicios como los municipales y otros el otro 5%.

Qué ocurre que si la electricidad iba a subir un 20% subió tan solo 5% y con base en la ponderación dada por el Gobierno Neoliberal ese aumento significó 50% x 5/100 = 2.5% de inflación ficticia o artificial, en vez de 20% x 20/100 = 4% de inflación real para dicho componente, suponiendo una ponderación del 20%.

Si sumamos los otros grupos o bloques, al final tenemos otra forma de reducir la inflación real a la mitad o menos.

¿Y con la Canasta Básica?… Veamos cómo la Controla el Gobierno Neoliberal

Ejemplo: una canasta básica compuesta de digamos 10 artículos, cada uno tendría un peso del 10% en la ponderación, si todos los artículos costaran más o menos lo mismo; si un artículo aumenta 10% significa un aumento de 1% en la inflación acumulada real; si todos los artículos aumentan un 10%, significaría un aumento de 10% en el total de inflación.

¿Qué pasaría entonces si en vez de 10 artículos, la canasta básica tuviera 100? Primero que el 10% de aumento en un determinado artículo, ya no significaría un aumento del 1% en el acumulado de la inflación; significaría 0.1%; eso suponiendo que todos los artículos cuesten parecido. ¿Pero qué tal si cuestan diferente? Ahí está la segunda trampa que utiliza el Gobierno Neoliberal.

Si de esos 100 artículos que el Gobierno Neoliberal incluye en la canasta básica, tan solo unos 20 o 30 corresponden a artículos básicos; es decir, a los que tienen un precio bajo y más o menos homogéneo; por lo que, porcentualmente contribuyen poco a la ponderación (0.1% en promedio, siguiendo el ejemplo).

Lo que hace el Gobierno Neoliberal es que en el 70% restante de la canasta básica, lo conforma con artículos suntuosos, No básicos y caros pero que, históricamente no presentan tendencia al alza; más bien a la baja; por lo que, No contribuyen a aumentar la canasta básica, dado su peso y estabilidad; ejemplos: computadora, celular, internet, etc.

En otras palabras el Gobierno Neoliberal calcula el aumento en la inflación de la canasta básica en base a un 1/3 de artículos básicos que suben constantemente de precio, contra 2/3 de artículos suntuosos cuyo precio que permanece más o menos constante, diluyendo así, el efecto de la inflación sobre la canasta básica por un factor 2 a 3.

De ahí que en vez del 10% o más que debe reflejar la inflación real, el gobierno calcula 5% o menos de inflación disfrazada.

Alzas en agua, buses y educación golpearon a hogares en el 2012

La inflación general del año pasado alcanzó un 4,55%. El agua subió 64%, electricidad 8%, autobús urbano 10% y educación 8%. Pese a los aumentos, la inflación general continúa baja por cuarto año seguido.

Si bien en el 2012 la inflación continuó baja y estable por cuarto año consecutivo, los hogares que gastan más en servicios públicos, como agua y electricidad, en bus y en educación fueron los más golpeados por alzas de precios.

Los aumentos en estos rubros son los que influyeron más en el resultado general de inflación del año pasado, que fue de 4,55%, según informó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos.

No obstante, algunos bienes y servicios subieron más que eso. El agua, por ejemplo, fue lo que más aumentó, el incremento ascendió a un 64% en el 2012.

La electricidad subió un 8%, el pasaje de autobús urbano aumentó 10% y el costo de la educación continuó por encima de la inflación general con un alza de 10% en la primaria, 9% en la secundaria y 8% en la superior.

En general, los precios de los bienes y servicios regulados por ley aumentaron 9,88%, mientras que los que no lo están, un 3,16%.

Por el contrario, las familias que dedican una parte importante de su presupuesto a las comunicaciones resultaron beneficiadas pues el costo de este servicio bajó 0,8% en el 2012.

Además, los alimentos y bebidas no alcohólicas subieron apenas 1,20%, lo cual beneficia a los hogares de menores ingresos.

El ex coordinador del Estado de la Nación, Miguel Gutiérrez, llamó la atención en que el actual índice de precios está basado en una canasta de consumo (grupo de alimentos) que surgió de la Encuesta de Ingresos y Gastos del 2004 y 2005.

“Desde el 2004-2005, los cambios han sido muy relevantes, cambios en los precios relativos de bienes transables internacionalmente y los no transables, modificaciones en el ingreso y en su distribución, entre otros. De esta manera, los resultados de la encuesta pierden capacidad explicativa de las situaciones más recientes, van perdiendo validez (…), el cristal va perdiendo nitidez”, comentó.

El resultado del índice de precios al consumidor servirá como insumo para definir en el futuro aumentos salariales y el precio de otros bienes y servicios, como combustibles, pasaje de buses, electricidad y agua, recordó el economista Alberto Franco…