El gobierno sirio informó el jueves de que aviones israelíes habían bombardeado un centro de investigación militar en el distrito de Jamraiya, en la provincia de Rif Damasco, causando la muerte de dos empleados. Israel no ha comentado ni desmentido el ataque ni el objetivo.

Anteriormente, fuentes diplomáticas occidentales en Israel habían asegurado que el objetivo del ataque había sido un convoy militar cerca de la frontera entre Siria y Líbano. Las autoridades libanesas fueron las primeras en advertir de la violación de su espacio aéreo por parte de cazas israelíes.

Medios de comunicación estadounidenses aseguran que Israel informó a EE.UU. sobre el ataque. El New York Times, que cita una fuente estadounidense anómina, asegura que el objetivo habría sido un convoy que transportaba armamento antiaéreo sofisticado para la milicia chií libanesa de Hizbulá.

El Wall Street Journal precisa que el armamento en cuestión serían cohetes SA-17, de fabricación rusa. Las fuentes del Wall Street Journal aseguran que no puede excluirse que se alcanzaran ambos objetivos, el convoy y la base militar.

Condena de Hizbulá

Por su parte, Hizbulá ha condenado el bombardeo, que encuadra en "una gran conspiración" contra los pueblos árabes y musulmanes.

"Hizbulá condena enérgicamente esta nueva agresión sionista contra Siria y considera que dicho ataque revela lo que está sucediendo desde hace dos años en ese país", afirma el comunicado del grupo, en referencia a la revuelta contra el régimen de Bachar al Asad, que ha degenerado en una guerra civil.

Según Hizbulá, la acción israelí está "en consonancia con el espíritu agresivo y criminal inherente al enemigo que trata de impedir que una fuerza árabe o islámica potencie y desarrolle sus capacidades militares y tecnológicas".