cursos a intereses foráneos a cambio de jugosos beneficios para la minoría que pretende instaurar un poder de facto así como el festín corrupto que hace esta minoría y sus incondicionales de los recursos de todos los costarricenses, presagian un futuro incierto y la inevitable insurrección violenta de un pueblo avasallado.

No queremos que esta gran transformación cueste miseria, sangre y muerte. Quienes amamos a este país que soñaron nuestros padres y abuelos como una patria limpia, honesta y solidaria, estamos llamados a realizar una gran revolución socialista y democrática, haciendo uso de los instrumentos que nos dejaron para conseguirlo por la vía pacífica.

El rescate de Costa Rica es ahora, es impostergable y no podemos eludirlo. Para ello es necesario deponer cualquier interés partidista o personal, abandonar la indiferencia y asumir nuestra responsabilidad ciudadana, a fin de lograr el profundo cambio de rumbo que tenemos que iniciar en el 2014 y dotar al pueblo de recursos eficaces para fiscalizar el cumplimiento de las metas propuestas.