La laguna, era de aguas cristalinas y limpias. Era un balneario natural donde acudían multitudes de niños y jóvenes citadinos para darse un buen chapuzón, así como lucirse y competir con hermosos clavados desde las rocas enclavadas en sus bordes que se elevaban hacia la loma. En varias ocasiones descendí a la laguna y constaté la claridad y pureza de sus aguas.

Además de lo antes mencionado, la laguna es de gran importancia como reservorio de agua dulce —motivo suficiente para cuidarla y conservarla—, también por su gran valor histórico y cultural lo mismo que su envidiable potencial turístico; todo ello eran razones suficientes y poderosas para no causarle daño y más bien ejecutar todas las medidas posibles para resaltar sus cualidades y protegerla como un valioso patrimonio, no solo de los managuas, sino nacional.


blación utiliza los mencionados causes como depósitos donde tiran su basura y toda clase de contaminantes, incluyendo animales muertos. Justamente la enorme cantidad de basura que era depositada en los causes, eran la causa de la obstrucción de los mismos y por ende el desbordamiento de las aguas de lluvia que inundaban algunos barrios.

La extinción de la laguna era previsible desde los inicios, la población protestó en los ochenta (1981 exactamente), pero en ese entonces no existían organizaciones ambientalistas que respaldaran al pueblo; sin embargo, el doctor Jaime Incer Barquero se opuso fuertemente al proyecto del comandante Santos vaticinando la muerte de la laguna, por ello fue tildado de “somocista”.


permeabilización de los suelos. Por consiguiente, ha aumentado la escorrentía y se han agudizado los problemas de inundación en Managua, apunta el experto.

Daniel Ortega y la Rosario Murillo (su pareja), se jactan en los foros internacionales de ser amantes y defensores del Medio Ambiente. Viven reclamando a Costa Rica por “supuestos daños ambientales” al río San Juan; más sin embargo, no han sido capaces de tomar acción en impedir la inevitable muerte de la laguna de Tiscapa.