“Pero quizá el presidente Chávez será mejor recordado por su capacidad para conectar en un nivel humano con los más vulnerables en el mundo y darle voz a sus aspiraciones”, declaró el titular de la ONU.

En la ceremonia, fueron expresados 17 discursos además del que leyó Ban Ki-moon, entre los que destacaron los de varios grupos regionales, como el de Movimiento de Países No Alineados y el del Grupo de los 77.

Participó también en la ceremonia el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Elías Jaua Milano, quien subrayó los esfuerzos de Chávez para unificar a los pueblos del mundo y para desafiar al Consenso de Washington y sus instituciones.

“Chávez amó al pueblo venezolano, como amó a los pueblos del mundo, especialmente a los pueblos indígenas y afrodescendientes. El legado del presidente Chávez es una referencia para pueblos y naciones oprimidas del mundo”, dijo Jaua.

Aseveró además estar seguro de que el pueblo de Venezuela votaría en las elecciones del próximo 14 de abril por la opción que garantizará la continuidad de la Constitución creada bajo el gobierno de Chávez en 1999, pero advirtió de intentos desestabilizadores.

Aclaró no obstante que el gobierno tenía “la fuerza institucional democrática y la madurez para conjurar” los intentos desestabilizadores de “grupos de ultraderecha alentados, muchas veces, por fuerzas imperialistas”.

Más tarde, Jaua tenía programado asistir a una misa oficiada en honor de Chávez en la Iglesia Saint Paul the Apostol, en Manhattan, en que sería acompañado por representantes indígenas y afroamericanos, así como por líderes de grupos sociales y sindicales.