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Declaraciones de socio del orteguismo no muestran arrepentimiento - TicoVisión | ||||
Publicado en 17/03/13 a 20:14:21 GMT-06:00 Por Administrador | ||||
Victor Tirado López, refleja la catadura moral de sus restantes socios en infinidad de robos y crímenes de lesa humanidad, los genocidas de la Dirección Nacional del FSLN. 17 de marzo de 2013 | TicoVisión | Redacción - | América Central / Nicaragua | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento Declaraciones de socio del orteguismo no muestran arrepentimiento Por Roberto Escobedo Caicedo 17 de marzo de 2013.- Recientemente, Víctor Tirado López, un aventurero mexicano que combatió al lado de los sandinistas cuando operaban en la clandestinidad, llegando hasta figurar como uno de los nueve Comandantes de la Revolución Popular Sandinista, brindó declaraciones a uno de los medios escritos de circulación nacional en Nicaragua. Fueron unas declaraciones escuetas que no dicen absolutamente nada acerca de todas las canalladas en que participó, por cuanto los miembros de esa dirección colegiada -Dirección Nacional del FSLN-, fueron los que tuvieron el poder real en Nicaragua, ya que los miembros de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional no eran más que títeres que se prestaron de buen grado a toda clase de ignominias, lo que de ninguna manera elimina su responsabilidad penal en todos los crímenes de lesa humanidad, robos y destrucción de la economía nacional que avalaron con sus firmas solidarias. Hasta que ya no figura en la Dirección Nacional del FSLN y no tiene, aparentemente, ningún cargo de decisión en las filas del orteguismo, Tirado López manifiesta que participó en una revolución que después del triunfo, resultó que no era ninguna revolución, por cuanto el programa de gobierno que expusieron al pueblo nicaragüense para que los respaldaran cuando luchaban contra el régimen de Somoza Debayle, degeneró en una dictadura peor que la representada por el somocismo. Es una apreciación que podría representar un sentimiento de frustración, pero tratándose de un comunista convencido no es más que una manifestación de oportunismo y que trata de borrar su participación activa en la implantación de un régimen de terror que nunca antes había conocido el pueblo nicaragüense. Oficiales de la Guardia Nacional de Nicaragua que tuvieron a su mando patrullas en el norte de Nicaragua, en las propias zonas donde operaba Tirado López, lo recuerdan como un guerrillero que al mando de otros individuos desalmados como él sembraban el terror entre los campesinos de las zonas donde operaba y que siempre rehuía los enfrentamientos armados. No demostraban ninguna compasión por los que vendían alimentos a los efectivos militares que lo combatían como tampoco a los jueces de mesta, a los que torturaban y finalmente colgaban de árboles y postes del sistema de transmisión eléctrica, para que sirvieran de escarmiento a los sobrevivientes. A la hora del triunfo, se pavoneaba como si fuera una reencarnación del tristemente célebre, Ernesto "Ché" Guevara, el que disfrutaba con los fusilamientos de los cubanos que no simpatizaban con el castrocomunismo. La misma medicina aplicaron en Nicaragua contra miles de compatriotas que por su formación humanista y cristiana o por el simple temor de Dios no comulgaban con los excesos de los falsos revolucionarios, como acertadamente los califica el propio mercenario mexicano. Las casi 500 fosas clandestinas existentes en diferentes puntos del territorio nacional constituyen una prueba elocuente del proceder de las escuadras de exterminio que eliminaron a campesinos que rechazaban el colectivismo forzoso y defendían sus propiedades de las arbitrariedades de las confiscaciones. Pero en sus declaraciones, Tirado López, haciendo gala del cinismo propio de todos los fanáticos comunistas, dice que no sabe nada de nada ni recuerda tampoco que se hubiera cometido ningún exceso contra los nicaragüenses. Pretende hacer creer ahora que está aparentemente retirado de los círculos del poder totalitario del orteguismo, que la dictadura revolucionaria del proletariado, primera etapa de construcción de la sociedad comunista, no se caracteriza, precisamente, por toda clase de abusos contra todos aquellos que consideran irrecuperables para el proceso revolucionario. Dice ahora que una de las grandes fallas en que incurrió la Dirección Nacional del FSLN fue no haber convocado a elecciones poco tiempo después del triunfo revolucionario, buscando una falsa legitimidad en las urnas. Pero basta observar las fotografías cuando Humberto Ortega Saavedra, en el Estadio Nacional, vociferaba a grito partido que las elecciones no eran necesarias en Nicaragua, porque el pueblo con los aplausos tributados cuando entraban a las ciudades, hacía innecesario que se rifaran el poder en ningún proceso electoral. Tirado López aplaudía frenéticamente tales manifestaciones de un cesarismo chapucero y luego felicitaba a dicho genocida por sus brillantes defensas de la dictadura colegiada de los nueve delincuentes de la Dirección Nacional del FSLN. En sus declaraciones, que son un resumen de un cinismo digno de ser analizado por psicólogos y psiquiatras, porque son propias de una personalidad esquizoide, afirma que de la famosa "piñata sandinista" no sabe mayor cosa ni recuerda cómo se repartieron las propiedades confiscadas a sus legítimos propietarios los cuadros políticos y militares del FSLN. Sólo sé -dice-, que algunos compañeros se quedaron con algunas propiedades, pero yo no me quedé con nada. Todo lo que tengo actualmente, como este Hotel "Villa Americana", situado en el Reparto Los Robles, es producto de mi trabajo. Entre las propiedadades confiscadas y que terminaron en manos de los falsos redentores de los humildes y explotados, se encontraba una finca de café en el Departamento de Jinotega, la que gracias a la famosa "piñata sandinista" terminó en manos de Tirado López. Mandó a construir una lujosa casa hacienda, a tono con su nueva situación de "robolucionario" millonario, poniéndole piso de paladiana con mármoles importados de Italia. La producción de café de altura la vendía siempre a buen precio en los mercados europeos. Es posible que esta finca la tenga ahora a nombre de su esposa o compañera, pero si se llamara a ésta a que responda en un juicio por la legitimación del capital que tiene, no podría justificarlo, porque su origen está en la "piñata sandinista". En sus declaraciones, Tirado López se declara admirador de su antiguo compañero de fechorías, Bayardo Arce Castaño, otro de los nueve genocidas de la Dirección Nacional del FSLN, por los millones de dólares que ha amasado en toda clase de negocios turbios, pero que tienen un punto de partida, la famosa "piñata sandinista", los contrabandos, el agiotismo practicado con los productos de la canasta básica y el tráfico de drogas por el territorio nacional, las que son entregadas a los cárteles mexicanos, los que luego las introducen a territorio norteamericano. ¿Qué dicen de esto la DEA y el FBI? En resumidas cuentas, lo que se desprende de las declaraciones del genocida, Victor Tirado López, mercenario mexicano que figuró en lugar privilegiado en el máximo órgano de decisión del FSLN, la Dirección Nacional, es que la llamada Revolución Popular Sandinista fracasó rotundamente porque sus llamados dirigentes no eran revolucionarios, sino un grupo de oportunistas que se apoderaron de Nicaragua para enriquecerse a expensas del trabajo, sacrificios y ahorros de las personas que tenían sus bienes y negocios. Según confiesa veladamente, los que siguen beneficiándose son los que ya renegaron de la dictadura revolucionaria del proletariado para justificar todos sus robos y crímenes de lesa humanidad, adoptando ahora los principios del fascismo. Victor Tirado López, refleja la catadura moral de sus restantes socios en infinidad de robos y crímenes de lesa humanidad, los genocidas de la Dirección Nacional del FSLN. Creen que todos sus crímenes permanecen en el olvido, porque debido a la complicidad mantenida con el gobierno de Violeta Chamorro y su corrupto y depravado yerno, Antonio Lacayo Oyanguren, nunca se nombró una Comisión de la Verdad, tal y como ocurrió en otros países que tuvieron conflictos internos. Pero llegará el día que Nicaragua, bajo un gobierno de personas honestas, entregue a todos estos dignos discípulos de Lavrenti Beria y Heinrich Himmler al Tribunal Penal Internacional. |
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