éste gran cambio que el mundo ha visto. En 1978 muere repentinamente el Papa Juan Pablo I, tras 33 días de pontificado tras anunciar grandes reformas al Banco del Vaticano, y unos años después se viene un escándalo interno sobre el Banco Ambrosiano lo que provoca que se le retire el control de las finanzas a la Orden de la Cruz de Malta, hasta el pasado 9 de febrero que en la basílica de San Pedro de Roma se realizara una ceremonia  celebrando el 900 aniversario de la aceptación de la Orden de Malta por la Iglesia de Roma.

Cuatro mil miembros y voluntarios llegaron de todo el mundo y realizaron un pintoresco desfile por la plaza de San Pedro antes de asistir a la misa presidida por Benedicto XVI.

Se trata del primer acto de una escenificación muy bien planeada por la todopoderosa Orden de Malta, tan dada a pomposas y egocéntricas escenografías.
 
El segundo acto ocurriría dos días después, el día 11 de febrero cuando Benedicto XVI anunció por sorpresa su renuncia al trono de San Pedro.
 
El tercer acto y definitivo ha pasado  desapercibido por la prensa. A raíz del escándalo de las escuchas masivas del mayordomo del Papa, el entonces presidente del Instituto para las Obras de Religión IOR, (el Banco del Vaticano) Ettore Gotti Tedeschi, dimitió hace 8 meses obligado por la curia y aliviado por el miedo que sentía a ser asesinado.


Conociendo éstos hechos, la pregunta lógica es ¿quién fue nombrado sucesor de Benedicto XVI? Hasta ahora, el mundo ha visto a un Papa renovado, humilde, carismático, que pudieran ser las características que los fieles seguidores católicos extrañaban y casi exigían de su máximo líder, razón por la que también se han generado dudas sobre la legitimidad de dicha actitud, a lo que muchos han calificado como simple marketing, pero será el tiempo y su participación e influencia en los grandes temas, los que al final puedan darnos a ciencia cierta si estamos frente a un revolucionario como lo fue Jesucristo al que intentarán detener o si estamos frente a más de lo mismo pero con un poco de maquillaje.
 
El otro gran cambio que mencionamos, fue la muerte de Hugo Chávez y la posibilidad que existe para debilitar el ALBA (Alternativa Bolivariana para los pueblos de América).
 
No podemos obviar el hecho que los países con regímenes socialistas atentan contra los grandes intereses del capitalismo que son representados por los EEUU y sus corporaciones, razón por las que históricamente el país del norte ha quitado presidentes en el resto de América y ha puesto otros que le han facilitado las cosas al ingreso de sus grandes corporaciones y así dominar las economías mundiales.
 
Hugo Chávez siempre fue una piedra en el zapato a esos intereses, sobre todo porque logró que otros países suramericanos y latinoamericanos se sumaran a su idea socialista y progresista, debilitando el capitalismo en América.

Hoy, Venezuela está a pocos días de una nueva elección popular,  una elección trascendental no sólo para Venezuela sino para toda Latinoamérica,  ya que lo que está en juego es la continuidad de grandes transformaciones que se han venido gestando en favor de los más desposeídos o el regreso a una economía capitalista que evidentemente cada día concentra más la riqueza en pocas manos y donde se incrementa la cantidad de pobreza y el pobre es cada día más pobre.
 
La lucha continúa y mientras el mundo siga girando, seremos testigos de los cambios que se generen, unos buenos y otros no tanto, unos predecibles y otros sorprendentes, y esa es y será siempre la tónica del mundo hasta el final de los tiempos.