Esopo. Pero la realidad es que en la quinta potencia petrolera del mundo, se están dando esas extravagancias que significan una falta total de respeto a la nación venezolana, a América Latina y al mundo entero. Sería inconcebible que los venezolanos, con todo ese océano de petróleo a sus pies, votaran por un pajarito cantarín, lo cual los envía a las profundidades de la ignorancia nacional. El chavismo, por respeto a su líder, debería de cesar esa campaña ignominiosa, enviar a Maduro al manicomio y tomar las cosas en serio con la persona idónea para poder ser presidente de la república, si los votos lo favorecen.

Los riesgos que gane Maduro le dan posibilidades de realidad a que el pajarito cante en sol mayor y desate la anarquía total como respuesta a las idioteces que en nombre de Chávez están haciendo los políticos del chavismo. Maduro es un blasfemo, un irrespetuoso, un irracional que no conoce el alcance del ridículo, un mentiroso que mantuvo a la nación en vilo y un falsificador porque hizo firmar muerto en vida una cantidad de decretos que dijo que llevaban la rúbrica de Chávez, cuando este ya estaba al otro lado de la existencia. “Chávez se reunió cinco horas con el gabinete,” falseaba quien ahora pretende tomar las riendas del país, ante el pueblo reunido en vigilia constante.

Nada de lo que ha sufrido la nación del gran Bolívar se puede comparar a la hecatombe de la posible presidencia de Maduro. Imagínense a ese plátano pasado en el poder, hablando con el pajarito cantor en medio de la concertación de un TLC. Lo que escucharía el mundo sería el lenguaje de una jaula de periquitos australianos, de aquellas que se ponían en el centro de los grandes patios coloniales de las mansiones de los criollos europeos. Venezuela, la de la batalla de Carabobo, en donde nació como nación el 24 de Junio de 1821 y uno de los acontecimientos militares más glorioso de las guerras independentistas, mancillada por la presencia de este esperpento político digno de ser la atracción principal de una feria de fenómenos.

Venezolanos del mundo, por Simón Bolívar, por José Antonio Páez, por Manuel Cedeño, por Ambrosio Plaza, héroes de la gran batalla de Carabobo, digan no a las pretensiones del chavismo de llevar a la presidencia de la República a ese mono de feria que va a terminar de desbaratar las esperanzas de una Venezuela próspera y eficiente y pacífica.

NO A CHAVEZ MUERTO; NO A MADURO VIVO; SI A LA DEMOCRACIA.