Voy a tratar de mencionar y comentar un poco sobre todas las leyes y decretos draconianos que han venido cerrando el círculo dentro del cual estamos encerrados todos los nicaragüenses.

Lo primero que hay que saber es que el nefasto servicio militar obligatorio, demolido por doña Violeta al solo iniciar su mandato democrático, está vigente de nuevo, escondido en el articulado de la Ley de Defensa Nacional. Esta ley faculta al poder ejecutivo a llamar a filas a todo nicaragüense en edad de servicio militar. Eso quiere decir que los gobiernos del Alba, los socialistas del siglo XXI, empeñados en dominar a los pueblos mediante el control estatal, pueden llamar a nuestra juventud a morir en guerras partidarias que tiene como fin imponer una ideología que va contra el desarrollo de los pueblos.

Se aprobó una ley de Seguridad Nacional, que tiene que ver con la libre movilización de los ciudadanos. Esta ley faculta al poder ejecutivo a que si le conviene, la República amanece bajo estado de sitio, o peor aún, ley marcial.

Ley de régimen jurídico de fronteras. Con solo la palabra frontera ya sabemos que se trata de trancar la entrada y la salida del país. Y si estamos pensando que nos quedan las extensas costas en ambos océanos, ya no es así porque se acaba de aprobar un decreto presidencial que tiene que ver con el control total de todos los puertos de la nación. Eso quiere decir que cualquier mañana de estas el Puerto de Corinto amanece propiedad de Albanisa, pero como el café, el maní y la caña están por las nubes, el gobierno fascista de Ortega, ante las narices del Cosep y Amchan, hace lo que quiere en menoscabo de los derechos de toda la población.

Este escrito tiene solo una finalidad: abrirle los ojos a quienes los tienen cerrados de tanta abundancia económica. Ellos deben recordar que no viven en otro mundo, que por mucho dinero que tengan viven en este mundo en donde lo que abunda son los lamentos de los hambrientos y los gemidos de los sedientos.

La alianza virtual que existe entre este gobierno marrullero y la clase empresarial, no es de larga duración. El diablo está cerrando los portillos por donde se pueda escapar alguien, para encerrarnos dentro del círculo maldito de la servidumbre partidaria, dejando como única opción el apoyo a la corrupción y a la tiranía.

Ya somos muy mayores para emprender el camino del exilio, ni con dinero en el banco, porque el chiste no es tener dinero en tierra de nadie, sino usarlo, lucirlo y manejarlo en tu terruño, en tu origen, en tu destino final.

Todo está dicho, solo se trata de despertar.