La primera pregunta fue sobre las relaciones con Costa Rica y sonriente manifestó que “creo que las relaciones entre ambos países son normales… en términos de comercio, en términos de lo que es todo el ámbito de la Integración Centroamericana… y los temas que son polémicos están donde deben estar, están en la Corte Internacional de Justicia”.

Otra de las preguntas fue sobre los planteamientos que traía Nicaragua hacia el Presidente Obama, a lo que Ortega respondió  “hay un tema fundamental que compartimos los centroamericanos que es el ‘combate a la pobreza’, demanda de empleo, de educación, de salud; y eso crea las mejores condiciones para qué…, para combatir el narcotráfico y el crimen organizado”. “Creo que ahí tenemos los elementos básicos que tenemos en la agenda centroamericana, y que tenemos la oportunidad hoy de compartir con el Pesidente Obama”.

Al ser preguntado si tendría alguna reunión futura con la Presidente Chinchilla, el señor Ortega manifestó “bueno… nosotros estamos en la mayor disposición, plena disposición de fortalecer la relaciones con la hermana República de Costa Rica y con su Gobierno, en todas las escenas y todos los campos”.

Probablemente este cambio de Ortega, y el simple hecho de haberse presentado a la Cumbre sin el misterio que rodea siempre sus posibles llegadas o ausencias, estén influenciados por la muerte del Presidente Chávez; pero lo importante es que todo parece indicar un giro radical en “Política Internacional” en que la hermana República de Nicaragua puede beneficiarse con una mayor confianza de inversores extranjeros, un incremento del turismo, una mayor generación de empleo que mitigue la pobreza “extrema” y que ubica a Nicaragua como el segundo país más pobre en América Latina. También en mayores posibilidades de obtener ayudas y financiamientos directos, tanto de Los Estados Unidos, como de las entidades financieras internacionales.