Este aporte económico permitirá al IMN modernizar los instrumentos de medición y vigilancia de eventos meteorológicos para brindar apoyo a la seguridad de la navegación aérea del país y para la prevención de los desastres, así lo manifestó el Lic. Juan Carlos Fallas, director general del IMN.

Para el jerarca del Meteorológico, con este aporte se mejorará el trabajo de recopilación y análisis de la información climatológica para la preparación de estudios e investigaciones en los campos de agro meteorología, climatología, variabilidad climática, contaminación atmosférica, interacción océano-atmósfera, calentamiento global y otros, con el fin de apoyar el desarrollo social y económico del país.

CNE invierte para reducir el riesgo a desastres

El periodo lluvioso encuentra a la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE) más fortalecida y liderando un avanzado proceso de fortalecimiento del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo que incorpora el tema de la prevención como eje transversal de todo el accionar del Estado costarricense, el sector privado y la sociedad civil.

Con una inversión que supera los 25 mil millones de colones en los dos últimos años, la CNE busca generar un mejor escenario para enfrentar el impacto de las emergencias por las lluvias que se aproximan, los sismos, las afectaciones de volcanes o los deslizamientos que constantemente se experimentan en el territorio costarricense.

Preparados para la respuesta

En ese proceso de consolidación, la CNE ha logrado avanzar en el proceso de fortalecimiento de las capacidades del país en preparativos y respuesta ante los desastres.

Con el propósito de contar con las herramientas, equipo y avituallamiento necesario para atender las emergencias, la CNE cuenta hoy con unas 94 bodegas, administradas por los Comités Municipales de Emergencia en todos los cantones del país e instaló en los dos últimos años cuatro bodegas regionales: Parrita, Osa, Cañas y San Carlos.

Los suministros están distribuidos en las siete regiones del país: espumas y cobijas, bombas de achique, generadores eléctricos, motores fuera de borda, motosierras, pangas, trailetas, plantas potabilizadoras y torres de iluminación.  Una flotilla de vehículos para apoyar las acciones de respuesta en las zonas.

Además, se han realizado una serie de mejoras en la red de Comunicaciones de la institución, que cuenta en la actualidad con 500 radiocomunicadores, enlaces y radio bases en todo el país, para uso institucional, vigilancia y monitoreo en las comunidades, con una cobertura superior al 95 por ciento del territorio nacional.

Tiene definido claramente unos 350 lugares para ubicar los albergues en caso de ser necesario.

En materia de vigilancia de amenazas, se instalaron sistemas de alerta en los deslizamientos de El Tablazo, Chitaría, Cedral y Tapezco; mareógrafos para vigilancia marino-costera en el Pacífico y sistemas de monitoreo permanente en los cinco volcanes activos del país.

La estructura operativa elaborada por la institución permite el apoyo de los Comités Asesores Técnicos integrados por representantes de los principales referentes científico-técnicos y académicos del país, para asesorar en la toma de decisiones en materia de amenazas y riesgos.

Por otra parte, la institución ha venido coordinado y realizando capacitaciones con los integrantes del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo, especialmente a los Comités Municipales y Comunales de Emergencia, con el propósito de mejorar la coordinación y responder a protocolos y procedimientos operativos que permiten la organización, administración de albergues, respuesta y la comunicación entre sus miembros y las instituciones participantes.

En cuanto a la organización y capacidades de las comunidades, la CNE ha logrado poner en marcha Sistemas de Alerta Temprana en diferentes comunidades vulnerables del país.  Entre ellas se encuentra la instalada en Sarapiquí, donde recientemente se realizó un simulacro por inundación para poner a prueba todo el equipo de monitoreo y vigilancia, así como los procedimientos y, en especial, las capacidades de los habitantes, los miembros de los comités de emergencia y las instituciones públicas para responder a una emergencia.

Además se elaboraron y entregaron planes de contingencia y rotulación en los Parques Nacionales Rincón de la Vieja, Arenal, Poás, Irazú y Turrialba y Planes Cantonales de Emergencia para varios cantones, los cuales han sido compartidos con sus respectivas poblaciones con el propósito de que estén preparados para enfrentar cualquier eventualidad y conozcan las responsabilidades que le corresponde a cada entidad y a cada persona.

¢25.000 millones en reconstrucción

Esos 25.000 millones de colones fueron destinados en parte a la reconstrucción y reposición de infraestructura afectada por los desastres en 34 cantones, con proyectos que incluyen mayoritariamente puentes en rutas cantonales, obras en cauces de ríos, reconstrucción de infraestructura en riesgo, reparación de la red vial cantonal y otros.


Obras en ejecución

Además, se encuentran comprometidos o en ejecución alrededor de 14,200 millones de colones, principalmente en puentes, limpieza y canalización de cauces y reparación de rutas cantonales.

La provincia de San José es la más beneficiada con un monto superior a los ₡3,800 millones, seguido de Alajuela con ₡2,700 millones y Puntarenas con ₡2,100 millones.

Entre las obras comprometidas están la estabilización de un talud, camino a Mora en Ciudad Colón, la construcción de un puente sobre el río Candelaria en La Mesa de Cangrejal de Acosta, varios puentes en la provincia de Limón, un muro de concreto armado en la margen norte de la quebrada Seca en Heredia.