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Irán: CIA informada "programa para fabricar bombas nucleares no existe” - TicoVisión |
Publicado en 22/07/10 a 15:09:57 GMT-06:00 Por Administrador |
22 de Julio de 2010 TicoVisión Por Gareth Porter Asia Times Online Redacción.- Según ha manifestado un alto oficial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), y contrariamente a la narrativa de los medios de comunicación que postulan que el científico iraní Shahram Amiri ha proporcionado a Estados Unidos información de inteligencia sobre los trabajos secretos llevados a cabo en Irán para fabricar armas nucleares, fuentes de la CIA familiarizadas con el caso Amiri han declarado que éste dijo a sus captores que no existía tal programa iraní de armas nucleares. Philip Giraldi, un alto funcionario de contraterrorismo de la CIA, dijo a Inter Press Service (IPS) que sus fuentes eran funcionarios de la CIA que tenían un conocimiento directo de toda la operación Amiri. Los contactos de la CIA dicen que Amiri había estado informando durante un tiempo a la Agencia antes de ser llevado a EEUU cuando el año pasado hacía el Hajj [peregrinaje] a La Meca en Arabia Saudi, dijo Giraldi a IPS, utilizando inicialmente comunicación por satélite. Pero los contactos dicen también que Amiri es un especialista en seguridad radiactiva que estaba “absolutamente fuera” del programa nuclear iraní, según Giraldi. Amiri “casi no proporcionó información alguna” sobre el programa nuclear de Irán, dijo Giraldi, pero había recogido “cabos sueltos”, es decir, rumores o cotilleos, de otros científicos nucleares con los que estuvo en contacto, de que los iraníes no tenían ningún programa activo de armas nucleares. Giraldi dijo que las informaciones obtenidas de los informes de Amiri eran tan sólo contribuciones menores que reafirmaban la última evaluación de la comunidad de la inteligencia a través de la Estimación de la Inteligencia Nacional (NIE, por sus siglas en inglés), realizada en 2007 sobre el programa nuclear de Irán, en el sentido de que los trabajos del programa de armas nucleares no habían vuelto a reanudarse desde que se interrumpieron en 2003. Según Giraldi, se cita la confirmación de Amiri en uno o más pies de nota en la nueva evaluación de la inteligencia del programa nuclear de Irán, denominado “Memorándum a los Titulares”, que ahora se está revisando a la luz de la “nueva deserción” de Amiri a Irán. Una fuente de inteligencia que ha leído el borrador del “Memorándum a los Titulares” confirmó a IPS que presentaba una no muy clara ruptura con el NIE de 2007 sobre la cuestión del armamento. Se presentan los desarrollos en el programa nuclear iraní desde la evaluación de 2007 como “sutiles y complejos”, dijo la fuente. Según Giraldi, los funcionarios de la CIA están haciendo cuanto pueden para “quemar” a Amiri, caracterizándole como un valioso activo a largo plazo de la inteligencia, en parte para sembrar tanta desconfianza hacia él como sea posible de los funcionarios de la inteligencia iraní. Pero Giraldi dijo que es “en gran medida un mecanismo de defensa” para proteger a la Agencia de las críticas por el modo en que han llevado el caso Amiri. “La verdad es que no se le investigó bien” dijo Giraldi, añadiendo que Amiri era como una especie de “armario ropero” del que no se sabía virtualmente nada excepto su trabajo. Aunque se ha empezado a investigar dentro de la CIA acerca de los procedimientos utilizados en este caso, dijo Giraldi, los antiguos captores de la CIA no creían aún que Amiri fuera un agente doble o un “espía”. Lo que convenció a los funcionarios de la CIA de la sinceridad de Amiri, según Giraldi, fue que Amiri admitió que no tenía conocimientos directos del programa nuclear iraní. Normalmente, un “espía” hubiera ido preparado con alguna información importante de inteligencia que a EEUU le hubiera resultado valiosa. La condición muy marginal de Amiri en relación con el programa nuclear iraní fue algo que reconoció un funcionario no identificado estadounidense que habló con el New York Times y Associated Press el viernes y declaró que Amiri era, en efecto, un “científico de bajo nivel” pero que la CIA había confiando en utilizarle para llegar hasta funcionarios iraníes de más alto nivel. Las revelaciones de Giraldi sobre las informaciones de Amiri desacreditan la narrativa de los medios según la cual Amiri había proporcionado algunas pruebas clave que revocaban las conclusiones de 2007 de la comunidad de la inteligencia de que Irán no había reanudado sus trabajos sobre armas nucleares. En una historia publicada el 25 de abril por los periodistas Joby Warrick y Greg Miller del Washington Post, se decía que la tan esperada reevaluación del programa nuclear iraní se había aplazado para incorporar un “nuevo flujo de inteligencia” procedente de “informantes, incluidos científicos con acceso a los programas militares iraníes”. Citan al Director de la Inteligencia Nacional Dennis Blair explicando en una entrevista que el aplazamiento se debía a la “información que estaba llegando y al curso de los acontecimientos”. Warrick y Miller informaron que Amiri “había proporcionado detalles sobre programas sensibles a las agencias de espionaje, incluida información sobre una planta para enriquecimiento de uranio muy oculta que se encuentra cerca de la ciudad de Qom”. Se dijo que las fuentes eran “antiguos y actuales funcionarios en EEUU y en Europa”. Warrick y Miller no pudieron lograr que los funcionarios de la CIA discutieran sobre Amiri. En vez de hacerlo citaron al Consejo Nacional de la Resistencia de Irán, en el sentido de que había declarado que Amiri “había estado asociado con programas nucleares sensibles durante al menos una década”. El Consejo es el arma política de los Muyahidin-e-Jalq, la organización terrorista iraní contra el régimen que la inteligencia israelí había utilizado como conducto en los asuntos relativos al programa nuclear iraní. El 8 de junio, David E Sanger, del New York Times, citaba como fuentes a “algunos funcionarios estadounidenses y diplomáticos extranjeros” al informar de que una serie de reuniones informativas para miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de la pasada primavera equivalían a “una admisión tácita por parte de los EEUU de que poco a poco se estaba alejando de la NIE de 2007. Sanger se refería a “nuevas pruebas” que supuestamente habían llevado a los analistas a “revisar y cambiar algunos casos” de las conclusiones de esa estimación de que Irán hacía tiempo que no trabajaba en la fabricación de armas nucleares. Sanger citaba “funcionarios occidentales” que confirmaban que Amiri estaba aportando parte de esa nueva información. Tres días después, el Washington Post publicaba otra historia citando a David Albright, director del Instituto para la Ciencia y la Seguridad Nacional, quien afirmaba que las reuniones de información de inteligencia para miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas habían incluido “información sobre el armamento nuclear” obtenida de Amiri. Albright dijo que esa misma semana le había trasladado información de inteligencia, y el Post informaba que un “funcionario estadounidense” había confirmado el relato de Albright. Posteriormente, ABC News informó que había pruebas de que Amiri que había “ayudado a contradecir” la NIE de 2007, y McClatchy Newspapers repetía los comentarios de Albright y la conclusión de que la nueva evaluación había cambiado las conclusiones de inteligencia de que Irán había cesado con sus trabajos relativos al armamento nuclear. Al crear toda esa falsa narrativa, los periodistas se han guiado, evidentemente, por sus convicciones personales sobre la cuestión, alineándose con ciertos funcionarios estadounidenses, europeos e israelíes que han estado presionando a la administración de Barack Obama para que no acepte las estimaciones de 2007. Los israelíes, y algunos funcionarios estadounidenses, consideraban condición previa esencial cambiar las conclusiones de que Irán no estaba trabajando en programas de armas nucleares a fin de manipular la política estadounidense en aras a una confrontación militar con Irán. Gareth Porter es historiador y periodista especializado en la política de seguridad estadounidense. En 2006 se publicó la edición en rústica de su último libro Perils of Dominance: Imbalance of Power and the Road to War in Vietnam. |
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