La 33 edición del festival por el orgullo gay en Toronto, uno de los más importantes a nivel mundial, cerró el ciclo de diez días de actividades culturales y comunitarias en favor de la igualdad y contra la discriminación por preferencia sexual.

Desde las dos de la tarde y por espacio de dos horas y media desfilaron los diversos grupos de homosexuales: maestros, padres de familia, lesbianas, transexuales, bomberos, trabajadores del sector salud y del transporte público.

De igual forma se sumaron miembros del cuerpo de policía, católicos, anglicanos y judíos gays, empleados públicos, sindicalistas y travestis.

Las 22 manzanas del centro de Toronto se cubrieron de los colores del arco iris. Hombres con barba vestidos de trajes de plumas y lentejuelas, mujeres con pechos descubiertos, hombres desnudos y ancianos gays.

En medio de un intenso sol y con amigables 26 grados de temperatura, desfilaron los defensores de los derechos de los homosexuales.

“El tema de este año para el desfile fue Superqueer (súperdiferente) a la manera de súper héroes con varios poderes que pueden estar relacionados con nuestra comunidad”, expresó Francisco Álvarez, copresidente de la Semana del Orgullo Gay.

“En 60 países es ilegal ser gay y los homosexuales enfrentan discriminación y maltrato en muchos otros países”, dijo a Notimex el mexicano Alejandro Pérez, quien trabaja como banquero, está casado con un coreano y forma parte del grupo Amnistía Internacional LGBT.

“Me siento muy feliz de estar en este desfile y de vivir en esta ciudad donde se nos respeta”, agregó Pérez, originario de Monterrey, capital del norteño estado mexicano de Nuevo León.

Entre música, tacones de plataforma y arrojando refrescante agua, desfilaron los gays de Irán: “Alá me dio la voz y puedo contar mi historia”, decía una de sus pancartas.

Con música latina de fondo desfilaron los gays hispanos del grupo HOLA y les siguieron los asiáticos, judíos y africanos contra el Sida: “Hágase la prueba para sentirse seguro”.

“En Monterrey sufrí discriminación, en cambio aquí soy lo que soy, no tengo que esconderlo y no me discriminan”, dijo Alfonso Pérez.

“No estamos enfermos, no somos depravados, trabajamos y amamos igual que otras personas, somos humanos”, declaró a Notimex en un mensaje dirigido a los homofóbicos.

Leonardo Zúñiga, originario de Morelia, capital del central estado mexicano de Michoacán, destacó que este desfile representa los logros de la lucha por defender los derechos de los homosexuales.

En este desfile la Invitada de Honor Internacional (Marshal) fue la argentina Marcela Romero defensora de los derechos de los transgénero. “Los latinos estamos ganando presencia en este festival tan importante”, agregó Zúñiga.

“Aquí no se siente tanto la homofobia como en México, donde se reprime al que es diferente. Aquí puedo ser yo mismo y eso no afecta mi trabajo”, señaló.

En junio de 2003 Toronto fue la primera ciudad canadiense en admitir el matrimonio gay. En julio de 2005 Canadá se unió a España, Holanda y Bélgica, en permitir la boda entre homosexuales.

Por varios años el desfile gay era encabezado por el alcalde de Toronto, Mel Lastman, pero el actual alcalde conservador Rob Ford, desde su primer año al frente de la ciudad más grande del país, dijo abiertamente que no participaría y adujo compromisos familiares.

En ediciones anteriores de este desfile han participado funcionarios federales, como el ex canciller canadiense Bill Graham y el actual jefe de la policía, Bill Blair.

En esta edición desfilaron, además de la gobernadora Wynne, el líder liberal Justin Trudeau –hijo del ex primer ministro de Canadá, Pierre Tuudeau–, así como el líder del izquierdista Partido Nueva Democracia, Thomas Mulcair.

La terapeuta Velia Romo, de Torreón, una ciudad del norteño estado mexicano de Coahuila, afirmó que este desfile es una muestra del respeto a la vida y a la diversidad.

“Este es un ejemplo para muchos países que aún no pueden asimilar ni respetar las preferencias personales”, precisó.

“Canadá está siendo un modelo perfecto de amor y respeto hacia la comunidad gay. Marchamos por los que tienen que esconder su orgullo gay”, agregó.

En Canadá hay 53 compañías privadas afiliadas a la red llamada “Pride at work” integrada por sus empleados homosexuales.

De las 45,300 parejas homosexuales casadas o que viven en unión libre, que arrojó el Censo de Canadá en 2006, el 21.2 por ciento vivía en Toronto, de acuerdo con el organismo Estadísticas Canadá.

El próximo año Toronto será la sede del World Pride, una organización que promueve los derechos de la comunidad gay a escala mundial.

Con besos y abrazos se despidieron los no heterosexuales dejando sobre la larga calle de Yonge el mensaje: “Don?t worry be sexy”.