tenemos que seguirla pagando por años y años y como en el contrato se estableció el aumento automático periódico del monto del peaje, nuevamente sube… ¡No lo decide la ARESEP, no! Lo decide el contrato refrendado por don Óscar.

Cuatro años después, la carretera ya es de "tercer mundo" y el promedio de velocidad a la que se transita por ella ronda los 45Km/h., las presas son interminables y cotidianas y en el 80% de su longitud, es imposible adelantar.

Tampoco se ha terminado, según un dictamen de la Contraloría. Faltan bahías para paradas de autobuses, estaciones de pesaje, puentes peatonales… etc., etc., etc.

Pero lo que sí está terminado y con cumplido mantenimiento, son las estaciones de cobro de peaje y es probable que cuando dentro de muchos años la compañía se vaya, habrá recogido mucho más del dinero suficiente para que hubiésemos hecho una autopista de 8 carriles a cada lado…

¿Y ante este engaño al pueblo costarricense, qué hace el gobierno? Pues nada. ¿Quién nos gobierna? ¿Quiénes juraron ante Dios y la Patria defender los más altos intereses de nuestra nación?

De nuevo, una empresa extranjera y el gobierno del país se pusieron de acuerdo para cambiarnos coloridos vidrios por piezas de oro y darnos de latigazos, como en los mejores tiempos de la invasión española al continente.

Cuatro años después de "inaugurada" por Óscar Arias, la famosa carretera se ha convertido en un célebre monumento a una de las burlas más infames al pueblo costarricense.