Por supuesto que hay que entender que ejercer el gobierno de una municipalidad no es similar al gobierno de la totalidad del país. Si en mi ejercicio estuviera equivocado y en realidad la labor de Araya Monge fue exitosa, eso no implicaría que necesariamente sería un buen presidente.

Por supuesto, la ciudad como construcción social, no es solo responsabilidad de un alcalde y su Concejo Municipal, los ciudadanos también tenemos nuestra cuota de responsabilidad y en eso debemos aceptar que en general, en el país atravesamos un momento difícil en lo que es la organización ciudadana y la política de rendición de cuentas que es muy deficiente, sigue siendo un informe de labores que nadie lee, y menos se atreve a criticar.

En la gestión del ex alcalde hay algunas obras como la peatonización parcial del casco urbano, fueron obras muy positivas para los transeúntes, pero carecieron del acompañamiento de la construcción de rutas alternas para buscar descongestionar el tránsito del centro de la ciudad. La ciudad de San José sigue siendo una ciudad pequeña pero altamente abigarrada, inhumana para quienes realizan sus compras y gestiones en el centro de la ciudad.

El plan de repoblamiento del centro de la ciudad, en realidad solo fue una gestión de acompañamiento del sector privado. En si, la municipalidad no ejecutó obras, solo facilitó los trámites a los agentes del sector inmobiliario privado, y efectivamente se construyeron algunas torres de apartamentos en los distritos de Mata Redonda, en barrios como Sabana Sur y Pitahaya. No se dio un boom inmobiliario que mucho hubiera apoyado a la economía nacional y finalmente el plan de devolver la seguridad al centro de la capital a través de la policía municipal y el servicio de vigilancia por sistemas de cámaras se pueden contar entre las acciones más sobresalientes de la administración Araya Monge.

Si son 22 años para el olvido, carente de un plan y una visión estratégica para transformar el viejo pueblón en una verdadera ciudad, San José sigue siendo la ciudad de antaño, congestionada, un mezcla de viejos barrios de clase alta con barios populares muy deteriorados, no tuvo, la capacidad de realización y en los años 1990 con el crecimiento exponencial del automóvil, la ciudad de San José se convirtió en una ciudad saturada, congestionada, mal oliente, insegura, fea, anacrónica en sus comunicaciones e inhumana.

Johnny Araya Monge pensó en grandes proyectos para solucionar el transporte público, como lo fue el proyecto del tranvía, pero fue consultoría tras consultoría y no concretó nada, ni siquiera el plan de la obra, porque si de algo carece el alcalde es de capacidad de realización.

Ante su incapacidad de hacer obras encontró su nicho en los juegos de artificios y en los festines populares de fin de año, verdaderas borracheras populares en las vías céntricas de la ciudad, en esto si fue consistente; su ya famoso Festival de la Luz y el transita – arte, el Cow parade todos proyectos muy superficiales, acompañaron los últimos años de gestión en la alcaldía. Tuvo ideas disparatadas como querer urbanizar el antiguo cementerio Calvo, como inventar la ficción de una barrio Chino, sobre el Paseo de los Estudiantes. Sus últimos meses fueron desastrosos porque quiso hacer en 6 meses lo que no hizo en 22 años y lo hecho fueron obras de muy mala calidad.

Y su cierre en esa dependencia no pudo ser más desastroso, pues con motivo de los Juegos Deportivos Centroamericanos incendió el templo del fútbol (Estadio Nacional) regalo de “sus amigos” los chinos, aún a duras apenas se habla de las reparaciones de los daños. Luego el estadio Ernesto Rohmoser, una obra mal construida, donde ya se produjo un accidente en una de las tapias que se desplomó porque no se observó que la tapia estaba en una zona atravesada por un acueducto que conducía agua a gran presión.

Los proyectos deportivos comunales fueron abandonados, y en los barrios se perdieron de las organizaciones deportivas y la vida comunitaria, ese es el legado de 22 años del Alcalde del que quiere ser presidente de la república; un renegado de izquierda al mejor estilo de todos los que han pasado por PLN y que han resultado un fiasco para la vida política nacional.

Liberación Nacional es un gran partido, una organización de una gran trayectoria en la vida de la Segunda República… Johnny Araya es un mal candidato, un arribista, no fue formado en los principios fundadores de la “social democracia”, fue nombrado como alcalde proviniendo de la coalición de partidos de izquierda Pueblo Unido. Como muchos de su equipo de trabajo muchos fueron renunciantes del Partido Liberación. Desde sus hermanos Rolando, José Fabio, su círculo más cercano, pasando por Álvarez Desanti, Walter Coto, y muchos que ocuparan diputaciones que en su momento fueron oposición al partido que los vio nacer a la vida política.

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*  Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.