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Desencanto de los partidos, desencanto democrático - TicoVisión | ||||
Publicado en 13/11/13 a 09:40:41 GMT-06:00 Por Administrador | ||||
Ustedes partidos políticos, deben aprender a escuchar al pueblo en su nueva versión que es la de no querer más circo, ni el pan para un día, sino la confianza en que el nuevo equipo gobernante esté lleno de optimismo... Por el Dr. Guillermo Carvajal Alvarado * 13 de noviembre de 2013.- Que un porcentaje de cerca de un 35 por ciento de los electores inscritos para las elecciones del primer domingo de febrero del 2014, manifieste que no votará y un 15 por ciento diga que aún no sabe por quién va a votar, es sintomático de un desgano electoral. Estamos a tan solo 105 días de las elecciones generales para nombrar a un nuevo gobierno, y los electores estamos muy alejados de los partidos y nos vemos distantes de las urnas electorales. Mal síntoma en una democracia electoral que fue sólida desde la fundación de la segunda república con la constitución de 7 de noviembre de 1949. Por supuesto que el abstencionismo siempre ha merodeado las elecciones en Costa Rica pero ya a estas alturas había siempre mejores señales para los partidos políticos. En estas elecciones pareciera que la decisión del no votante, del no voto, es un conglomerado humano que ganará las elecciones. Este colectivo, indiferente, distante, no siempre fue así, en algún momento en pasadas elecciones fue y participó de los comicios, pero ha llegado a la conclusión que los partidos políticos no le ponen en frente ni un candidato ni unos diputados que sean capaces de moverlos en su fuero interno a realizar el esfuerzo de presentarse a sufragar. El dulce descontento electoral de los votantes podría castigar severamente a la democracia costarricense, por una razón muy simple se elige con los votos que se contabilicen el primer domingo de febrero de esos votos si un candidato obtiene el 40 por ciento, sea cual sea la cantidad, el que logré un porcentaje del 40 por ciento de lso votos emitidos será electo presidente. Y es comprensible el comportamiento del electorado, estamos ante un gobierno que no motiva, lleno de escándalos políticos, de delitos de cuello blanco, un país con altas tasas de criminalidad, con una tasa de desempleo de las más altas de la historia de este país, tasa que ya alcanza los dos dígitos, con una población que día a día se empobrece más. Los tratados de libre comercio, los llamados TLC, no han generado los beneficios ni los empleos que se esperaban en la a agricultura, industria, burocracia, sector servicios, incluso trabajos siempre mal renumerados como las amas de casa, la construcción, y el campesinado agricultor, ni los taxistas. En general la clase trabajadora costarricense del campo y de la ciudad está descontenta. La economía informal crece de manera acelerada, el rostro del desempleo tiene un perfil de mujer joven, madre soltera, abandonada por la legislación social, pero tiene rostro en general de gente de menos de 35 años, y a su vez tiene rostro de población de más de 55 años, nuestros jóvenes y nuestra población madura no tiene los recursos para enfrentar una economía con una tasa de inflación elevada, por eso no les interesa una campaña electoral que les suena muy alejada de sus preocupaciones cotidianas. Los informes más recientes del Estado de la Nación, no hablan de un desfase entre lo que piensa la clase política y las verdaderas necesidades del pueblo, de la clase media, de los sectores industriales y hasta de los exportadores, pocos están satisfechos con el comportamiento económico y político de nuestra sociedad. Ya los electores no comen cuento, se acabó el período de los líderes mesiánicos, aquellos que con discurso se echaban los votos a la bolsa, las y los electores quieren compromisos formales. La población, los pobres y los desocupados, ya no quieren esas regalías pasajeras como solía hacerse antaño que se les compraba el voto con un diario, con unas latas y con anotarlo en una lista para el bono de la vivienda. Dura tarea enfrenta a los candidatos para convencer a un votante muy frívolo, muy desencantado, bastante asqueado de la política, mientras los escándalos y despilfarros de dineros públicos. Ante esta situación los partidos políticos muy mermados, por cierto, en sus estructuras partidarias, tendrán que salir del confort de sus oficinas a pelear elector por elector el voto. Deberán ir cargados de nuevas ideas, mirar a los votantes y a los ojos y decirles la verdad. La campaña de televisión y en las redes sociales no serán las que decidan. Para el primer domingo de febrero del 2014 la organización comunitaria quiere compromisos reales y factibles de concreción. Los líderes comunales comprometidos y cercanos a los electores, esos que pueden dar un mensaje de optimismo, es necesario asignarles su rol en la campaña. En esta campaña electoral los especialistas en “marketing electoral” chocaron contra un muro, porque ya la gente no cree en sus montajes tecnológicos, no, hoy es día de salir y limpiar la cara de la democracia, sí, de pedir el voto pero con mirada de persona honrada. Ya los discursos de plaza pública, no bastan, ya las comilonas no mueven a la gente, ya aquí nadie engaña a nadie. Brigadas de gente con los candidatos a presidente y vicepresidente y los diputados provinciales mano a mano, codo a codo con los dirigentes locales y en todos los vecindarios y notablemente en las comunidades más afectadas por el desempleo y la pobreza deberán ser visitadas y pedirles su colaboración para que este desencanto por la democracia electoral puede cambiar el rostro de un pueblo hastiado de 65 años de engaño cada 4 años. Ustedes partidos políticos, deben aprender a escuchar al pueblo en su nueva versión que es la de no querer más circo, ni el pan para un día, sino la confianza en que el nuevo equipo gobernante esté lleno de optimismo en una Patria mejor. Ha llegado el momento en que el pueblo, los votantes, sean el actor primordial de estas elecciones y deje de ser visto solo como un receptor del mensaje, hoy el mensaje deben escucharlo los políticos y ponerse en la frecuencia que ya no quiere ese circo cuya función ha llegado ya a su final. * Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater. |
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