Y que en estos días de campaña electoral las referencias y vinculación de algunos partidos con el eje del cono sur ha sido la nota destacada,  ¿estará Laura tan metida en la campaña política de Johnny Araya?  Bueno, a juzgar por el grado de confusión, su lapsus e intercambio de apellidos al mencionar a Nicolás Maduro presidente de la República Bolivariana de Venezuela por nuestro prócer de 1856, denota dos particularidades: una total irresponsabilidad en el uso de las palabras cuando se asume un acto público y una obsesión costarricense  por alinearse a un grupo de países que han golpeado desde hace meses  la legitimidad de la elección en Venezuela.

Claro algún lector podría decir que esto es normal, y yo le digo que no, pues en estos actos y  más aún cuando  se está honrando la menoría de un prócer de la patria, todo está previamente preparado y repasado. Doña Laura, ponga más cuidado en sus palabras, mejor siempre manténgase apegada al discurso previamente escrito, porque sus obsesiones contra el Frente Amplio le van a costar mucha de su cuota de popularidad; no olvide que usted encabeza la nota más deficiente como gobernante de un país latinoamericano.

Deje en manos de los candidatos de su partido esas posturas anti-venezolanas, concéntrese en sus funciones como mandataria. Deje al pequeño Juan Araya transitar solo, pues él es un hombre con 26 años de vida política que pasó de la extrema izquierda a la extrema derecha, es un hombre que ha vivido de la política.

Su justificación de que Nicolás Maduro es un nombre que viene a la mente de todos, pues le diré que no es tan cierto, y eso a su vez nos da un detalle de su vida y de sus lecturas y de los noticieros que usted escucha, maduro está presente en muchos noticieros en manos de la derecha latinoamericana, sí claro, Montaner y un séquito de periodistas vividores se han encargado de mantener viva la pugna del  tema de las elecciones que el órgano máximo de la autoridad de Venezuela declaró como vencedor al candidato que hoy ocupa la presidencia.

En historia viera que esos errores son imperdonables, entrará usted al bestiario de los presidentes que frente a una tribuna han equivocado el nombre del personaje y que además de provocar risa, produce un sentimiento contradictorio porque muchos costarricenses queríamos que la primera mujer que ocupa la silla presidencial hiciera un excelente gobierno para demostrarle a esta sociedad machista la capacidad de gestión que tienen nuestras mujeres;  ¡Qué pena Dona Laura!

Doña Laura, esa y muchas otras pifias harán que no solo concluya usted precedida de una mala fama como gobernante y a la vez con una reputación que afecta a toda la imagen de la mujer. No en vano ya en estas elecciones de 13 partidos inscritos ninguno se tomó el riesgo de poner a una mujer a la cabeza de la lista electoral.

Laura dejé que el presidente Maduro haga su gestión y “zapatero a su zapato”, dedíquese estos meses a hacer su gobierno y deje al pequeño Juan Araya Monge seguir en su torre de marfil, no sea usted la consejera de esa ave de mal agüero. Gobierne para Costa Rica y no se meta más en la campaña política. Obedezca los mandatos del tribunal Supremo de Elecciones y no haga ya más el ridículo.

El pequeño juan ya está bien resguardo por un grupo de traidores que uno a uno abandonaron las filas de Liberación y que ahora se aprovechan de ese cascaron político partidario en querer hacerse del poder con su complicidad.

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*  Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.