excluyó a los militantes del partido comunista de toda participación electoral. Bajo este marco la vida política costarricense transcurrió en una alternancia perfecta del poder político entre el PLN y la oposición que asumió diferentes nombres y etiquetas políticas.

Liberación Nacional se fue perfilando con los años como un partido socialdemócrata y la oposición como una fuerza más conservadora y reactiva al que se definía frente al vencedor, y eso hizo que fuera  una oposición muy difusa, tan difusa que para las elecciones de 1978, por primera vez la oposición es comandada por uno de los líderes socialdemócratas más sólidos, Rodrigo Carazo Odio, quien desde la oposición le ganó las elecciones al PLN que le dio su imagen de líder carismático.

El remesón de Rodrigo Carazo Odio,  a través del partido “Renovación Costarricense”, llevo necesariamente una profunda reflexión de la propia oposición y es entonces cuando los herederos de 1948 pueden amalgamar una partido de tinte más ideológico y entonces un grupo de políticos funda el Partido Unidad Social Cristiana, en cuyos estatutos se afirma y define la ideología del partido.

La abolición del artículo 98, párrafo segundo en 1970,  de la Constitución Política, permitió el surgimiento de ideas socialistas en una generación diferente a la de 1948, y se formaron  partidos claramente ideológicos, con estructura y organización permanente y los matices y las divisiones de filiaciones por el comunismo al estilo de la Unión Soviética, o bien del modelo chino, y los herederos de la revolución cubana y de las revoluciones latinoamericanas que tuvieron un tinte más de fuerzas insurgentes que de partidos políticos. No obstante, las fuerzas de izquierda no fueron atractivas para un país tradicionalmente acostumbrado a salir a votar por las viejas estructuras partidarias de las clases hegemónicas.

Después de abolido el artículo 98, el Partido Vanguardia Popular, heredero de los fundadores del viejo Partido Comunista, logró en algunas elecciones elegir diputados, notablemente Manuel Mora y Eduardo Mora, Arnoldo Ferreto, Rodolfo Cerdas Cruz, Humberto Vargas Carbonell, Sergio Erick Ardón,  Mario Devandas, Álvaro Montero Mejía, José Merino, en general para cada elección después de 1970, constitucionalmente se elegían entre  uno y dos diputados, y en un período se lograron elegir tres diputados.

Siempre llamó la atención la actividad desplegada en el seno de la Asamblea Legislativa, de todos los diputados elegidos ya fuera por el partido Vanguardia Popular,  o en coaliciones como Pueblo Unido, o bien del Frente Popular y el Partido Socialista. En general todos ellos le dieron un cambio radical a una Asamblea Legislativa que se mantuvo de 1948 hasta 1970, muy confortablemente y sin grandes sobresaltos políticos y muy alejados de los sectores populares.

En 1970, los acontecimientos en torno al contrato Ley con la Aluminiun Company (ALCOA),  produjo un movimiento de agitación popular y una división en el seno del Partido Libración Nacional y justamente el diputado Rodrigo Carazo emerge como un líder opositor a la firma del contrato ley, hecho que lo fue alejando del PLN, y permitió la toma de conciencia de los sectores urbanos del valle central,  los vinculados a la Universidad de Costa Rica y a la educación media, fue un movimiento popular de jóvenes que por primera vez toma conciencia de su poder político como organización.  La apertura a las ideas socialistas siempre han encontrado escollos en una sociedad bien amalgamada por un sistema educativo muy atento a excluir la discusión ideológica en las aulas y en todas las gradientes del sistema educativo.

La autonomía universitaria y la libertad de cátedra en las universidades públicas, jugaron siempre un rol innovador en el sistema educativo, ya que debió admitir sin cortapisas  la interpretación de nuevas corrientes de pensamiento. No obstante, muchos de los viejos estigmas siguen moldeando aún al costarricense del campo y de la ciudad, su  pensamiento marcadamente conservador,  acostumbrado a votar por personas y no por ideas, y a “vivir una fiesta democrática de sus elecciones”, todo sin sobresaltos; de repente se enfrentan a un dilema que nunca antes se le había planteado, una nueva generación de jóvenes entre los 18 y 40 años se encuentran excluidos del mercado laboral, son desempleados, o empleados temporalmente, otros no tienen ni trabajo ni empleo, y si se es  joven  con o sin títulos universitarios, ya no importa, ser joven implica para muchos la exclusión. Este grupo etario no ve la salida en las viejas propuestas de los hijos de los políticos de la revolución de 1948.

El PLN, se quedó sin líderes autóctonos,  copto durante largos años a líderes juveniles universitarios formados en la tradición de la militancia de agrupaciones de la izquierda universitaria,  desde Enrique Benavides,  Marcial Aguiluz, Obregón Valverde hasta llegar a los más recientes  Leonardo Garnier, Sandra Pizk, Rebeca Greenspan, Eduardo Doryan, Johnny Araya; y al dejar de formar sus propios cuadros estos se volvieron ultraconservadores, despóticos y muy alejados de los sectores populares. Hoy el PLN, es víctima de sus propios errores, de haber olvidado su camino y perder sus raíces ideológicas de partido socialdemócrata.

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*  Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.