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Aquella vida de barriada - TicoVisión |
Publicado en 21/12/13 a 08:09:58 GMT-06:00 Por Administrador |
Te devuelvo, toda esa cultura artificial y devuélveme mi barrio, su gente sencilla y laboriosa. Devuélveme a mis padres, a mis hermanos, nuestra casa y aquel patio que me parecía inmenso. Por el Dr. Guillermo Carvajal Alvarado * Te devuelvo, toda esa cultura artificial y devuélveme mi barrio, su gente sencilla y laboriosa. Devuélveme a mis padres, a mis hermanos, nuestra casa y aquel patio que me parecía inmenso. Devuélveme: aquellas calles polvorientas, que se convertían en grandes escenarios deportivos. Ese olor a sudor de la gente que se gana la vida en la fragua de lucha cotidiana. Aquellos días... si recuerdo aquellos días donde hombres y mujeres eran respetados, respetados y queridos, aquellos días en que el adulto mayor, nuestros viejitos, eran los viejitos de todos, parientes o no recibían afecto. Sí, amor y obediencia cada día, y todos los días de todos los años. Devuélveme todas esas señoras que eran nuestras madres y nos vigilaban en nuestros juegos en la calle. Todas esas madres con hijos de vecindario. Te dejo: tus fragancias y subterfugios que esconden el olor del alma, ese olor a gente, a trabajo, a amor. Llévate: esos hombres con rostros inexpresivos, frívolos, ésta sociedad y sus pestilencias. Si me devuelves a mi barrio, te puedes llevar toda esa cultura postiza, toda esa artificialidad. Y la asepsia paralizante de los intelectuales, siempre sumisos y temerosos, sin espíritu de revuelta, sin alma. Me quedo con la sencillez del pueblo trabajador, con el zapatero, al ebanista, el barbero, el pulpero el cantinero, la costurera, el o la educadora al ama de casa, el funcionario, todos con una espontaneidad auténtica. Deja solo a aquellos que con su trabajo, y quizá sin proponérselo, construyen en su diario bregar un mundo mejor. Puedes quedarse con sus tus fríos edificios, poblados por esas de muertos, con toda esa gente de cerebros vacíos que dejaron de saber pensar. Llévate todo eso, pero devuélveme mi vida de niño de barrio, devuélveme mi inocencia, mis juegos, mis bolitas de vidrio, mis trompos, mis postales y colecciones de empaques de cigarrillo mi hogar y los amigos, ¡ Todos esos niños con caritas de pobre y alma de ángel ! Ahí les dejo toda esa cultura oficial, esos títulos y esas ceremonias de culto a la insensibilidad. Porque sé que quizá, lo único que me salve, al final del trajín; será el ser auténtico y que me lo heredó la educación de mi barrio... con su inocencia y su malicia natural y espontánea, como el transcurrir de la vida. * Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater. |
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