la NULA intervención estatal en cualquier aspecto de la vida, y se opone a la regulación social por parte del Estado; dicho de otra manera, se opone a las “Garantías Sociales” y promueve la privatización de todos los servicios, incluyendo los básicos como el agua, la electricidad y la salud. Ello por supuesto, da cabida a un incremento de la entrada de los grandes capitales extranjeros, o sea, las PODEROSAS TRANSNACIONALES que en este momento están detrás de nuestra agua, nuestra energía eléctrica y nuestro sistema de salud.

“Nuestro principal socio comercial” (como han venido repitiendo en el Gobierno) son Los Estados Unidos, y no es difícil suponer que sería el principal interventor en todas nuestras áreas económicas monopolizando dichas áreas; como está ya ocurriendo en el campo de los alimentos y algunos enseres a través de la nociva empresa a nivel global “Walmart”. Estas transnacionales se apoderan de todos los productos de consumo masivo e indispensable para el ser humano, y lo monopolizan, siendo por lo tanto los únicos que fijarán los precios al consumidor de dichos productos. Lo estamos viviendo actualmente con las poderosas importaciones de granos básicos, principalmente el arroz y los frijoles, y que poco a poco van eliminando a nuestros productores nacionales, verdadero MOTOR DE NUESTRA ECONOMÍA para generar divisas (dólares) 100% nacionales, que se producen en el país y que permanecen en el país, evitando así la fuga de capitales al exterior a través de las transnacionales incluyendo las que se ubican en las “zonas francas”.

Walmart, ya se apoderó de las principales cadenas de súper mercados. Todavía les conserva su nombre para que no visualicemos la existencia de un GRAN MONOPOLIO; ¿contradictorio verdad?; pues el fundamento de nuestros últimos gobiernos a través de la “apertura” era eliminar el “monopolio estatal”, supuestamente para que otros costarricenses pudieran competir, pero no para VENDER NUESTRO PAÍS a las transnacionales.

Ya desde el gobierno de Calderón habíamos sufrido un proceso similar, mismo que dio inicio a este proceso de “grandes monopolios” y venta de nuestro país; cuando viajó a México e hizo varios convenios con Slim y otros millonarios mexicanos como la Corporación Bimbo que eliminó casi la totalidad de nuestras panificadoras, desapareciendo inicialmente las más fuertes y que nos ofrecían productos de calidad. Ahora comemos “Bimbo”, pan de baja calidad y de precio exorbitante. Solamente quedan vivas algunas mini- panificadoras de barrio.

Con el cambio de discurso del señor Otto Guevara, aspirante al poder y fracasado en varios períodos, nos quiere engañar poniéndose la “piel de oveja” diciendo que debemos salvar la caja; promover una mejor distribución de la riqueza; mejorar las redes de cuido etc. Es decir, utilizando argumentos que utilizan muchos de los otros partidos que lo han prometido y que lo pueden cumplir, contrariamente a lo que él es y la ideología ENTREGUISTA que él practica.

Para los grandes capitales nacionales se está convirtiendo en líder, en una opción (engañosa por cierto) viable para librarnos del PLN y sin caer en el supuesto “comunismo”, palabra clave del señor Guevara para intimidar a esos grandes capitales y obtener así su apoyo y terminar de destruir nuestra DEMOCRACIA CON JUSTICIA SOCIAL. Pero claro, los grandes capitales no tienen que perder con él, pues cuando esas poderosas transnacionales quieren absorber sus empresas, las venden a excelente precio y colocan el producto de su venta en bancos extranjeros para vivir  a plenitud, manteniendo su “status quo” solamente con los intereses generados por sus capitales fuera del país; pero eso sí, esa fuga de capital debilita más nuestra economía fortificando la banca internacional que es lo que perseguía la “GLOBALIZACIÓN”.

Terminaré aseverando que con Otto Guevara Guth, nuestro país ya no será nuestro. Seremos simples operarios de “call centers”; sin agua; con precios exorbitantes en la energía eléctrica y en los lugares de poca población ya no tendrán esos servicios por no ser rentable para las transnacionales; nuestro índice de mortalidad se incrementará enormemente pues serán poquísimos los que puedan pagar los servicios de salud privada; nuestra poderosa clase media desaparecerá por completo y los pobres descenderán a paupérrimos.