Refiriéndome al ejemplo dentro del diario vivir, supongamos que hay una señora que se llama “Dora” y que al salir de su casa se encuentra con su vecina de al lado, Lorena, y durante la plática de pronto dice “mirá Lorena, dicen que Roxana, la que vive en frente, es una prosti…”; Lorena entonces se asombra y exclama “¡pobre marido, qué cuernos carga…”! Días después se encuentran de nuevo y Dora nuevamente manifiesta “Lorena, ¿te acordás de la prosti de en frente?; la vieron entrar en un motel como con tres viejos al mismo tiempo”. Lorena siempre se asombra pero esta vez planteándose en su interior el por qué Dora trajo el tema nuevamente a colación cuando la plática era sobre algo diferente. Y así sigue Dora cada vez con alguna historia diferente sobre la prostitución de Roxana, mientras Lorena en su interior piensa “bueno, la verdad es que esta Dora, no es otra cosa que una chismosa y mentirosa que alguna envidia le tiene a Roxana…”. Es decir, termina desacreditando a Dora y evitándola cada que la ve.

Algo similar le está sucediendo al PLN y al ML con su “campaña del miedo”, ya ni Lorena y una inmensa mayoría, nos les cree; ya cansa su insistencia con elementos “falsos” produciendo ese efecto negativo. Es decir, el daño que quisieron hacer al candidato opositor, a quien dañó fue a ellos mismos y así lo hacen ver las encuestas.

Me extraña que los señores jefes de campaña de ambos partidos,  Arturo Acosta Mora (Movimiento Libertario) y Antonio Álvarez Desanti (Partido Liberación Nacional), no lo hayan detectado. De continuar ciegamente con la “La Campaña del Miedo”; ello hará crecer día a día al señor José María Villalta, pues el grupito que disfruta de dicha campaña (también ciegamente) es el minoritario (grandes millonarios y empresarios).

Contrariamente, José María Villalta, con los “spots” presentados ayer, expone sus planes con optimismo; expone sus ventajas y el sistema que todo costarricense añora… al “parto de la Segunda República” que significa “Libertad Empresarial”, pero con “Justicia Social”. Ello hará que Villalta capte una mayoría de ese 40% que aún se reflejan como indecisos y en esta “recta final”, serán quienes dirán cuál será nuestro futuro presidente.