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21 años de reinado Araya destruyeron organización comunal y vida de mi barrio - TicoVisión | ||||
Publicado en 18/01/14 a 11:01:03 GMT-06:00 Por Administrador | ||||
Recuerdo las llamadas Juntas Progresistas que fue el único bastión que tuvieron por muchos años los proscritos por el artículo 95, inciso 2 de la Constitución. Que en síntesis decía “se prohíbe todo Partido... 21 años de reinado de Johnny Araya destruyeron la Organización Comunal y la vida ciudadana de mi barrio Por el Dr. Guillermo Carvajal Alvarado * 18 de enero de 2014.- Recuerdo las llamadas Juntas Progresistas que fue el único bastión que tuvieron por muchos años los proscritos por el artículo 95, inciso 2 de la Constitución. Que en síntesis decía “se prohíbe todo Partido Comunista”, curioso acto con el que la constitución de 1949 inicia la Segunda República. No obstante, y pese al fuerte crecimiento que había experimentado el Partido Comunista en las elecciones de 1948, con diez diputados electos. Diputados que nunca ocuparon sus curules por un designio de los “demócratas” de ese entonces. Escribía esa introducción por una razón, llegué al barrio Sagrada Familia muy niño, tan niño que en mi memoria se fija un único lugar del que he guardo recuerdos de infancia, de mi niñez. Y solo vivimos en este barrio porque mi madre, tuvo la suerte de pegar unos pedacitos del premio del mayor en la lotería nacional. Dinero con el cual pudo comprar la casa materna que aún permanece en Sagrada Familia. Mis recuerdos sobre las elecciones nacionales se remontan a 1960, de las que tengo plena conciencia infantil y transcurrieron en mi casa muy apagadas porque mi padre, como militante comunista, no tenía partido por quién votar, mi padre fue y murió siendo miembro del Partido Comunista. Entonces como no había partido por quién votar, mi padre vivía alejado de la política y solo asistía a reuniones bajo la clandestinidad. Por aquellos años mi padre un hombre joven, su vida laboral giraba entre la zapatería y la carpintería y con esas actividades llevaba el sustento a la casa. Por aquellos años Sagrada Familia era un barrio polvoriento de calles de tierra, sin caños ni aceras, una pequeña escuela y una pequeña iglesia en la que recuerdo que mi padre colaboró en la construcción pese a sus creencias políticas. Creo que el barrio Sagrada Familia le asentó muy bien a mi padre, un hombre con su brazo izquierdo inmovilizado producto de heridas de bala en la guerra civil del 1948. Pero por suerte en el barrio se encontró mi padre a un grupo de gente simpatizantes del calderonismo y otros miembros del Partido Comunista como Rodrigo Vásquez y su compañera Gladys Sáenz Herrera. Eran años difíciles para un comunista y para su familia; era vivir en la proscripción, no tener participación política, ser ciudadano de segunda y no tener derecho a tener un partido que lo representará y por el cual votar. Pero curiosamente en mi barrio, las Juntas Progresistas estuvieron en manos de viejos camaradas, la verdad, no sé si teóricamente eran comunistas, creo que más bien eran comunalistas entregados al progreso y luchas por el barrio. Eran viejos valientes, hombres de trabajo como Manuel Solera, Santos Mora, Rodrigo Vásquez, Sagot, Leónidas Alvarado y tantos otros que entre 1950 y 1970 el barrio se había transformado en poblado con calles asfaltas, con aceras y cordón de caño, con una hermosa escuela, una iglesia y una plaza de fútbol. Y todo gracias al trabajo de esas Juntas Progresistas cuyos cargos eran de elección comunal y aunque en el vecindario se sabía la filiación política de los encargados de la Junta, sus puestos fueron a perpetuidad porque la gente admiraba su capacidad para lograr que la municipalidad de San José y el gobierno central con el apoyo de los vecinos construyeran las obras. Ya para 1965 se sumaron nuevos dirigentes Marco Tulio Chavarría, Efraín Soto, hasta llegar al último de los dirigentes comunales don Álvaro Fallas. Hoy la organización comunal es muy débil, y solo queda un pequeño grupo de señoras que luchan por mantener el proyecto del centro diurno del centro de ancianos y la capilla de Velación. Y mi amigo William Hernández, y éste servidor, junto a Gustavo Ramírez Acosta que mantenemos el deporte preferido de los sagradeños… el fútbol. El barrio ha sido golpeado por la larga estancia de Johnny Araya Monge en la Municipalidad de San José y han sido 21 años de retroceso. Se perdió la seguridad ciudadana, las instalaciones deportivas, y los centros de reunión de los vecinos. Pero a su vez el barrio ha perdido su espíritu de lucha, hoy languidece en manos de pequeños narcotraficantes que imponen su ley y su orden. Pero curiosamente, el barrio mantiene su tradición de votar por el PLN y por el PUSC, creo que hoy es más fuerte el voto por el PLN. Aquí nadie entiende que es eso del neoliberalismo, solo saben que se empobrecieron, que los jóvenes tienen que salir a ciertas horas, que no hay empleo, y que las oportunidades de estudio se han cerrado en las universidades públicas. Lo sé, los pobres somos agradecidos y siempre vivimos llenos de esperanza, y por eso de seguro que los vecinos de mi barrio esperan que Johnny Araya Monge de presidente los va a premiar. Pero sabemos que no es así ya tuvo 21 años para hacerlo y lo olvidó, nos dejó a expensas de grupos de armados que han sembrado el pánico en las familias. Solo les recuerdo a los vecinos de mi barrio y de muchos barrios, que el empobrecimiento que vivimos solo lo lograremos sacar adelante con un presidente que tenga sensibilidad social y un proyecto social de combate a la pobreza. Como educador, creo en la juventud y por eso pienso en José María Villalta, pero pienso en él no solo por su juventud, he leído su programa de gobierno, conozco a la gente que asumiría tareas de enderezar el rumbo de nuestro país. Sin miedo y por la Patria. Villalta es el mejor camino. * Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater. |
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