ría de los Estados Nacionales. Por eso un elemento característico de la NUEVA LIGARQUÍA, es que sus raíces no están ancladas en suelo costarricense, sino que están pegadas hacia arriba; es decir, pegadas al capital transnacional al que sirve.

La NUEVA OLIGARQUÍA, al contrario de la VIEJA OLIGARQUÍA CAFETALERA, casi no tiene vínculos nacionales. Vive aquí, pero no es de aquí. Costa Rica es para ella solo una plataforma territorial adecuada para anclar sus negocios y los de sus aliados internacionales. Para ella, el pueblo costarricense ha dejado de ser el depositario fundamental de derechos y valores humanos, de conquistas sociales y sueños de superación. Por eso a la NUEVA OLIGARQUÍA le resulta tan fácil negociar con el patrimonio nacional, entregarle a extranjeros playas y recursos naturales y convertir la Patria en fuente de nuevos y gigantescos negocios.

Instrumentos institucionales y políticos.

Pero manejar el país a su antojo, no es una empresa fácil. Para ello necesitan la herramienta política con la que se toman decisiones trascendentales en cualquier país del mundo: EL PODER DEL ESTADO. Por eso, dicho sea de paso, es una simpleza hablar del PODER POPULAR o PODER DESDE LAS BASES, si el pueblo y las bases no persiguen la conquista del único medio conocido hasta ahora, para tomar cualquier decisión trascendental:

EL GOBIERNO.

La NUEVA OLIGARQUÍA controla, casi en su totalidad, los poderes públicos y las instituciones del Estado. Tienen un peso, a veces decisivo, en el Poder Judicial, incluida la Sala IV, en el Tribunal de Elecciones, en la Asamblea Legislativa y por supuesto en el Poder Ejecutivo y las Instituciones llamadas Autónomas.

Si el poder político no fuera tan importante, la NUEVA OLIGARQUÍA no se empeñaría tanto en controlarlo y conservarlo. Si no fuera tan importante, no gastaría los millones que invierte en campañas electorales y publicidad gubernamental, incluida la campaña publicitaria a favor del TLC. De tal modo que sólo los ingenuos apartan desdeñosos su mirada de ese objetivo fundamental DE LOS PATRIOTAS, que es la conquista del poder político.

Instrumentos mediáticos y culturales.

A la NUEVA OLIGARQUÍA no le basta con su inmenso poder económico o con el control que ejerce sobre el aparato del Estado. La NUEVA OLIGARQUÍA necesita convencer a la gente de que sus propuestas son justas y correctas, que gobierna para satisfacer los intereses del país, de la mayoría y de los más necesitados.

A la NUEVA OLIGARQUÍA le urge convencernos que el Tratado de Libre Comercio con los EEUU, no es lo que es: un negocio gigantesco para unos pocos y una ruin entrega de la soberanía nacional, sino una palanca para el desarrollo del país.

Esta labor, eminentemente ideológica y cultural, la realiza la NUEVA OLIGARQUÍA con el empleo de los grandes medios de comunicación. Algunos de estos medios (prensa, radio o televisión), conservan algún grado de independencia editorial e informativa. Pero no debemos olvidar que los medios funcionan como empresas mercantiles y que necesitan vender publicidad para mantenerse. Además los periodistas tienen también su propia visión del mundo, la que algunas veces coincide por entero con loa intereses oligárquicos.

Lo cierto es que los medios de orientación patriótica son muy pocos y cada vez se estrechan más los espacios mediáticos para enfrentar la aplastante ofensiva neoliberal.

Todo esto que hemos afirmado, tiene un objetivo fundamental: HACER CONCIENCIA sobre fuerza real de los enemigos de Costa Rica y la debilidad real de los patriotas. Esta conciencia debería impulsarnos a poner en el primer lugar de la agenda de lucha, la importancia de la unidad, de la creación de un verdadero frente nacional de fuerzas patrióticas.

Si no nos convencemos de la fragilidad y la impotencia que nos depara la desunión, si seguimos dándole a la NUEVA OLIGARQUÍA la inmensa satisfacción de vernos fracturados y dispersos y sin más norte que la lucha callejera, aun con el valor que tiene, lo que vamos a heredarle a nuestros hijos será un país en manos ajenas.
Nuestro enemigo está allí, frente a nosotros. Hemos procurado identificarlo con claridad. Es fuerte y poderoso. Está encabezado por un hombre con gran prestigio internacional y rodeado de hombres y mujeres inteligentes. Pero más fuertes son los pueblos que, por encima de las innumerables discrepancias, son capaces de unirse.
Unidad no es unanimidad. Si alguien la rechaza, por la razón que sea, terminará quedándose atrás.

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*  Álvaro Montero Mejía es un político, abogado, escritor, economista, politólogo y productor de televisión de Costa Rica. Abogado de la Universidad de Costa Rica, tiene un doctorado en Economía Política y Ciencias Políticas de la Universidad de París así como Estudios Superiores y Aprobación de Memoria de Tercer Ciclo en Derecho de la Cooperación Internacional en la Universidad de Burdeos. Es "Premio Nacional "Joaquín García Monge" a la comunicación cultural".