modificado para futuras elecciones si queremos preservar la democracia, ya que esa inequidad que se da con el consentimiento del Tribunal, mancilla todo el proceso.

Un segundo detalle que debe modificarse es la representatividad que necesita un candidato para ser declarado Presidente de la República, ya que ese puesto debe ser ocupado por alguien que sea escogido por mayoría, y esa mayoría desde ningún punto de vista debería ser un 40%.
 
Otro aspecto que no puede pasarse por alto es el abstencionismo, ya que en ésta elección el abstencionismo llegó casi al millón de electores, mientras que el candidato que más obtiene no alcanza los 600.000 votos, por lo que es importante analizar a que obedece ese fenómeno.
 
Con respecto a las encuestas, creo que el formato de toda encuesta debe contar con la aprobación del TSE que debería asegurar que no sean simples instrumentos de manipulación y no sean tampoco instrumentos para asegurar intereses económicos a los medios de comunicación, incluso pienso que si no cumplen su verdadero papel deberían ser sancionadas con quedar inhabilitadas para futuros procesos o multadas económicamente por prestarse a intereses mezquinos muy distintos a un proceso electoral democrático y transparente.
 
Con respecto a los medios radiales y televisivos, también debería poder cambiarse la legislación de concesión que permite a algunas empresas usar ese bien estatal que son las frecuencias y que durante el proceso electoral no contribuyan al proceso a cambio de ese derecho. Esas concesiones deberían contemplar el que cada 4 años, esos medios deban ceder un par de horas diarias al TSE y éste distribuirlo equitativamente para uso de los partidos y usar ese tiempo para la organización de debates y discusión de temas entre los candidatos. Eso reforzaría la democracia, abarataría el costo de la campaña y acabaría con la inequidad electoral. Ese tiempo “donado” equivale apenas al 0.68% de todo el tiempo al que tendrían derecho de uso esos medios en cada cuatrienio, por lo que no considero ni excesivo ni que les pueda causar un desequilibrio financiero importante.
 
Pero también debe mencionarse el papel que hoy juegan las redes sociales en un proceso electoral, porque también quedó demostrado que hoy día mucho del apoyo a un candidato o a un partido se manifiesta digitalmente y ya no tanto en plazas públicas o mitínes, a excepción quizá de un día antes y el propio día de las elecciones.  Y no es de extrañarse cuando eso mismo es fácilmente observable en casi todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana, ya que los dispositivos móviles han revolucionado el mundo y hoy es la forma en que la gente se comunica, se informa y se manifiesta, y será a futuro un factor determinante en éstos procesos.
 
Propiamente hablando ya de resultados, es claro que el voto de la mayoría (lo que se definió por meses como indecisos) es un voto sumamente volátil y que se deja llevar por pequeños detalles para moverse de un lugar a otro.
 
Ese votante es muy crítico, muy analítico y pareciera no casarse con ninguna propuesta, hoy puede estar cercano a un partido y mañana a otro, y pareciera que mientras no se llamado y seducido por algún partido como militante y mientras no se sienta parte de un equipo, mantendrá esa cualidad de volatilidad.
 
Un 31% de abstención que resultan ser 960.000 personas, casi una tercera parte del electorado no se presentó a las urnas, pero como eso no es tomado en cuenta para los porcentajes de resultados, entonces tenemos prácticamente un empate entre el partido oficialista (PLN) con un caudal que pareciera ser estático dentro de su agrupación. Medio millón de personas son liberacionistas y votan por ese partido siempre, sin importar quién sea el candidato, y eso representa apenas un 18% del padrón electoral, una parte de ese grupo lo hace por tradición y otra por regalías e interés de promesas populistas llevadas principalmente a las provincias donde se concentra la mayor cantidad de pobreza (Guanacaste, Puntarenas y Limón) únicas provincias en que ganó.
 
El GAM (San José, Cartago, Alajuela y Heredia) se vislumbra a futuro como el grupo poblacional que decidirá las elecciones, y es coincidente con el sector de la población con mayor acceso a internet y a las Redes Sociales.
 
Otro asunto que parece ser claro es que los opositores al tradicional partido PLN que alcanzó un 30%, agrupan una amplia mayoría, ya que si se suman los porcentajes del PAC, FA, ML y PUSC alcanzan juntos un 65%, porcentaje que no ha estado estable en los partidos, sino que se mueven de uno a otro y según lo que vimos en éste proceso, pareciera ser que al menos un 30% de ese 65% se inclina por hacer un voto útil de forma que ese voto sirva para lograr un objetivo concreto en contra del PLN. Vimos como finalmente ese voto útil logró colocar al PAC en un primer lugar y desplazar por un margen amplio al FA y colocarlo en un tercer puesto.
 
Lo que es muy curioso y digno de analizar, es el hecho de que quienes vamos a elegir  al próximo presidente de Costa Rica no son ni los liberacionistas ni los seguidores del PAC. Sería casi obvio pensar que quienes ya votaron por el PLN lo volverán a hacer y quienes ya votaron por el PAC lo volverán a hacer, manteniendo esa mínima diferencia entre ambos, por lo tanto somos todos los demás, los que ya quedamos fuera, los llamados a elegir con nuestro voto.
 
Apenas un día después del Día E, quienes no simpatizamos ni con el PLN ni con el PAC, tendremos la gran responsabilidad de ir en dos meses y elegir presidente…, Tremenda decisión nos pone un sistema electoral lleno de elementos controversiales.
 
Lo que si vale la pena rescatar y destacar es la gran fiesta que se vivió el día antes y el propio día E, donde todo transcurrió en paz, en orden, con alegría y hasta pareciera ser que con toda transparencia a pesar de toda la especulación y duda que reinó los días anteriores.