te Oscar Arias Sánchez , hay fotografías del encuentro, y la prensa que realizaba la cobertura periodística hizo las tomas fotográficas.

Las explicaciones planteadas, aunque ingeniosas, niegan cualquier vinculación de tipo político, y es normal que sea así para despertar suspicacia en una etapa electoral que se avecina y que podría ser que sea muy cerrada para ambos candidatos en disputa, pero Mariano Figueres, hábil político, se apresuró a levantar cualquier velo de sospecha sobre el encuentro y el cual explicaba de la siguiente manera: “del 2 de febrero, llegando a la Escuela Carlos Sanabria en Pavas, nos dimos cuenta que en el mismo punto venía saliendo una comitiva que acompañaba a Oscar Arias. Al toparse se saludaron, porque así se hacen las cosas en Costa Rica, y porque Luis Guillermo Solís es una persona educada” (tomado del muro de Mariano Figueres en su cuenta de Facebook).

Cuando entenderá la clase política que los ticos “somos mansos pero no mensos”, esta explicación es tan superficial, porque en un país pequeño todo se sabe y cada uno de los candidatos había publicado su agenda del día, pero nada mejor que el encuentro fuese público, con la prensa porque en estos casos con un abrazo se consuman muchas palabras.

El objetivo del encuentro por supuesto no era el de hablar de temas políticos, no era un saludo entre el viejo patrón y el hombre que había recorrido una maratón política.  Era un reconocimiento de las simpatías mutuas entre ambas personalidades y era un símbolo de que entre ambos no hay rupturas de ideas y hay un respeto mutuo de los caminos y andanzas políticas.

El abrazo efusivo, en que dos personalidades  políticas que han trabajado juntas, uno como jefe, presidente y director de la Fundación para la Paz ,  y el otro como subalterno pero dentro del mismo partido, que han enarbolado las mismas banderas de lucha por largos 30 años,  salta a la vista.

Banalizar este tipo de hechos es no saber interpretar el lenguaje no verbal de la campaña, es pensar que Oscar Arias es un ingenuo e iluso y que Luis Guillermo Solís también lo es. El encuentro se dio dentro de un contexto de muchos testigos como para decirle a Araya Monge por parte del novel de la paz prefiero a este discípulo que al candidato de mi partido el PLN y las razones son sobradas, Luis Guillermo  Solís fue cauto al dejar el PLN, la razón  de peso fueron cuestionamientos a la ética, pero no a los grandes fundamentos del PLN.

Entre tanto, el mismo itinerario incierto de Araya Monge, zigzagueante, salido de las fuerzas del Movimiento Revolucionario del Pueblo, lector regidor por la coalición Pueblo Unido como regidor entre 1982-1986, su llegada a  la Municipalidad de San José y sus pactos para quedarse con el poder, inspiran desconfianza entre tirios y troyanos.

Y en un contexto más amplio, es una forma de acallar a los Araya Monge, cuyo poder local- regional, es necesario debilitar porque siguen siendo fuertes en los cantones del oeste del valle central, lo que les garantiza una fuerte participación en las estructuras del PLN. De manera que una limpieza no le cae mal al PLN, para dar pasó a nuevo liderazgos y para minimizar un poder familiar que creció mucho con la candidatura de Johnny Araya Monge.

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*  Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.