sis en su lucha por lograr los objetivos de la equidad de género. La mujer, ese ser tan especial, tan lleno de imágenes evocadoras de ternura se encuentra hoy y en cada rincón del mundo en una lucha desigual ante el género masculino. Sí, la mujer trabajadora no goza en sus actividades productivas remuneradas el mismo monto que los hombres devengan por una actividad similar.

    Pero está lucha que en sí debe movilizar a todas las sociedades es apenas una sola de las facetas de muchas prácticas institucionalizadas donde se afectan los derechos y las libertades de las mujeres. Y ciertamente en todas partes del mundo se han creado prácticas odiosas que profundizan las diferencias inter-géneros y los pone en una inequidad ante los estímulos de todo tipo, como salarios, acceso a la representación política, incluso políticas que les conculcan los derechos más íntimos a la reproducción.

    Es bien sabido que a igual trabajo igual salario, en todo el mundo este simple precepto no se respeta y se castiga a la mujer con salarios menores.  Veamos el caso de Costa Rica, el acceso a los cargos de representación política les es restringido, para muestra un botón; de 13 candidatos inscritos en la papeleta presidencial de Costa Rica, no había una sola mujer, ya este hecho de por si nos habla, no de las mujeres, sino de nuestra incapacidad de ver en ellas sus inmensas capacidades y cualidades. Y en la representación legislativa solo tendremos un 33 por ciento de voces femeninas.

    Pero sigamos con el tema; por ejemplo, en nuestra historia de gobernantes desde la  independencia política de España, solo en la historia reciente de Costa Rica se eligió en el tercer milenio a la primera mujer presidente, que es la actual Señora Laura Chinchilla Miranda, Presidente de Costa Rica.

    Todas las mujeres del mundo en general siempre tienen más tareas que las propias de sus actividades, entre el amamantamiento de los críos y el cuido de todos nosotros en los años cruciales y todo lo que eso implica en tiempo y esfuerzo; muchas trabajan en todas las actividades donde ellas por su iniciativa se han abierto campo.


ese estigma de pensar que el recinto sagrado de la mujer es el hogar, no, el recinto sagrado de la mujer es el lugar donde ella quiera estar, pero de manera dignificada y en pleno goce de su razón e inteligencia.

    En el día Internacional de la Mujer y La Paz mundial invocamos a todas aquellas mujeres que son víctimas de violencia y a todas aquellas que han muerto a manos de un agresor que la cegó del don de la vida por un capricho, por una incomprensión, no hay excusa para el ejercicio de la agresión de ningún tipo.

    Rechazamos de manera vehemente la violencia contra la mujer en todas sus variantes, desde la sicológica hasta la física por maltrato o privación de libertad y condenamos el femicidio como práctica instituida en el mundo para acabar con la vida de la mujer.

    Consciente de los múltiples roles que cumplen nuestras madres e hijas, hermanas y familiares, nos oponemos a toda forma de comercio sexual, del uso de la mujer como símbolo del sexo. Rechazamos la esclavitud femenina donde quiera que ella se dé sea bajo de forma  solapada de una cierta institucional de “formas de cultura”, o en forma abierta y con confinamiento y privación de su libertad.

    Y ese es un rol que los hombres y la sociedad tenemos que entender, la sociedad patriarcal debe desaparecer para dar paso a una verdadera sociedad igualitaria donde hombre y mujer se asumen como corresponsables en plenitud de sus derechos y obligaciones y en donde se proteja en especial los derechos de la mujer y su sagrada decisión de procrearse. No son más mujeres solo aquellas que tienen hijos, hay excelentes ejemplos cuyo aporte es imperecedero a la sociedad y que por una u otra razón decidieron no tener hijos, ciertamente reconocemos ese rol y ese privilegio pero respetamos también su decisión de realizarlo o no.

    La mujer es belleza, pero en este concepto de belleza se trasciende el plano voluptuoso que le ha otorgado la sociedad espectáculo, si es diferente al  concepto con el que  nos han educado. La mujer es bella por su visión particular de todo el  quehacer que aporta a la sociedad,  por su belleza espiritual, por su inmensa creatividad, y espíritu de innovación pero sobre todo, ¡por sus grandes aportes a la sociedad a través de sus actividades!

    Finalmente sobre la paz solo diré que, a través de la educación en los hogares, pre-escolar, escolar, y secundaria, el tema de la violencia de género y de la igualdad de los derechos debe ser un eje horizontal que atraviesa todos los temas que estudiamos, y luchemos por abolir toda forma odiosa y también solapada de discriminación contra la mujer.

    Mi recuerdo imperecedero para mis abuelas, madre, hermanas, compañera, hija, primas que han dado una visión diferente y que día a día me enseñan a desprender  tantos elementos inmersos en nuestra cultura masculina errados.

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*  Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.