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¿Hacia la Unión Euro-Asiática? - Germán Gorraiz López - TicoVisión |
Publicado en 20/03/14 a 05:07:00 GMT-06:00 Por Administrador |
Interesante y muy importante análisis del Analista Internacional, Germán Gorraiz López, que nos ayuda a comprender mejor los verdaderos intereses que giran alrededor de Crimea y el Medio Oriente; así mismo... Por Germán Gorraiz López * Analista 20 de marzo de 2014.- El proyecto del gasoducto conocido como Nabucco West, proyectado por EEUU para transportar el gas azerí a Europa a través de Turquía, Bulgaria, Rumania y Hungría y así evitar el chantaje energético ruso, fracasó al haberse inclinado Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajistán por el proyecto ruso del gasoducto South Stream y tras retirarse finalmente Azerbaiyán del proyecto en junio de 2013, siendo elegida la vía alternativa del gasoducto transadriático, (TAP, Trans Adriatic Pipeline), mediante el cual Azerbaiyán exportará su gas hacia Europa a través de Grecia, Albania e Italia pero que sólo puede transportar un tercio del proyecto Nabucco, por lo que no supone ninguna amenaza para los intereses de Rusia. Por parte rusa, en el 2007 presentó el proyecto del gasoducto South Stream, gasoducto de 39.000 millones de dólares que recorre Rusia, Bulgaria, Serbia, Hungría, Eslovenia e Italia y que garantiza el suministro de gas ruso a la UE evitando el paso por Ucrania tras la crisis del gas del invierno del 2.006 y los recortes de suministro producidos en incontables países de la UE (el 80% del total del gas que la UE importa de Rusia pasa por Ucrania y abastece en más de un 70% a países como los Países Bálticos, Finlandia, Eslovaquia, Bulgaria, Grecia, Austria, Hungría y República Checa). Por último, la coalición de intereses ruso-alemanes ideó el proyecto Nord Stream que conectará Rusia con Alemania por el mar Báltico, con una capacidad máxima de transporte de 55.000 millones de metros cúbicos (bcm) de gas al año y con una vigencia de 50 años, ruta que se estima vital para Alemania y los Países Nórdicos, por lo que ha sido declarado de “interés europeo” por el Parlamento Europeo y crucial para la geoestrategia energética rusa, pues con dicha ruta se cerraría la “pinza energética rusa” al descartar a las Repúblicas Bálticas y Polonia como territorio de tránsito. Rusia conseguirá así su doble objetivo geoestratégico de asegurar un flujo ininterrumpido de gas hacia Europa por dos vías alternativas, (lo que invalidaría las tesis de la ex-Secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton de “querer estrangular la economía europea”) y convertir de paso en “islas energéticas” tanto a Ucrania como a las Repúblicas Bálticas, por lo que no sería descartable un posterior intento ruso de fagocitar a dichas ex-repúblicas soviéticas utilizando el chantaje energético para resquebrajar la unidad comunitaria, en la certeza de que Alemania y Francia no dudarán en sacrificar a dichos países en aras de asegurar su abastecimiento energético. ¿Nueva Crisis de los Misiles? Tras los desacuerdos surgidos entre EEUU y Rusia por la declaración unilateral de independencia de Kosovo, Agfasia y Ossetia del Sur, Barack Obama habría aparcado el proyecto del Escudo de Misiles Antibalísticos (NDM), sustituyéndolo por "un nuevo sistema de defensa anti-misil móvil" con la intención de convertir a Rusia en colaborador necesario en la salvaguarda de la paz y estabilidad mundiales. Sin embargo, en septiembre de 2009 el presidente Obama (presionado por el establishment o poder en la sombra de EEUU), aprobaba la implementación del nuevo sistema europeo de defensa anti-misiles, (European Phased Adaptative Approach (EPAA), que en realidad se trata de un escudo anti-misil global en el que los misiles interceptores emplazados en plataformas móviles pueden abatir blancos en un espacio común (a base de datos transmitidos por todos los radares y sistemas de reconocimiento opto-electrónico). En un principio, Rusia y la OTAN acordaron cooperar en la creación del escudo anti-misiles para Europa en noviembre de 2010 en la Cumbre Bilateral de Lisboa, pues para Moscú era vital que la OTAN ofreciera garantías reales de que ese sistema no apuntaría a Rusia y disponer de un documento jurídicamente vinculante al respecto, pero la Administración Obama siguiendo la inercia mimética de la Administración Bush de ningunear a Rusia, ha rehusado hasta el momento ofrecer dichas garantías por escrito, pero tras el desenlace de la crisis de Crimea y el retorno a escenarios de Guerra Fría, es previsible que EEUU decida finalmente completar la cuarta fase del despliegue del escudo antimisiles en Europa (Euro DAM), con lo que asistiríamos a la instalación en Kaliningrado del nuevo misil balístico inter-continental de 100 Tm, (“el asesino del escudo antimisiles de EEUU” en palabras del viceprimer ministro ruso Dmitri Rogozin), con lo que en palabras del politólogo Vladímir Abrámov "la provincia de Kaliningrado volverá a desempeñar el papel de pistola en la sien de Europa como hace dos décadas". Finalmente y según rt.com, Rusia estaría negociando instalar sus bases militares con Cuba, Venezuela, Nicaragua, Seychelles y Singapur con el objetivo inequívoco de ampliar el radio militar ruso, pues según el analista Lajos Szaszdi ”la apertura de la bases en el exterior es necesaria para la disuasión estratégica de Rusia, la inteligencia, así como para verificar los acuerdos del desarme y también determinar qué planes hay de parte del Pentágono en caso de operaciones o intervenciones en el extranjero", no siendo descartable la firma de un nuevo Tratado de Colaboración militar ruso-cubana (rememorando el Pacto Secreto firmado en 1.960 en Moscú entre Raúl Castro Y Jruschov) que incluiría la instalación de una base de Radares en la abandonada base militar de Lourdes para escuchar cómodamente los susurros de Washington y la instalación de misiles Iskander, pudiendo revivirse la Crisis de los Misiles Kennedy-Jruschev (octubre, 1.962) y la posterior firma con Jrushchov del Acuerdo de Suspensión de Pruebas Nucleares (1962). Nueva estrategia rusa en Oriente Próximo y Medio (Oriente PROME) La nueva geopolítica rusa en Oriente Próximo pasaría pues por un decidido apoyo al régimen sirio de Al-Assad y a Irán con el objetivo de fijar su posición como colaborador ineludible en la búsqueda de un acuerdo global. Para Oriente PROME. Consciente de que jugaba con ventaja ante la incapacidad de EE UU y sus aliados europeos de marcar la iniciativa en los conflictos de Oriente Medio y Próximo (Egipto, Siria, Palestina e Irán), Putin aprovechó la gran oportunidad que se le presentó de recuperar la influencia internacional que Rusia había perdido en los últimos años. Así, la jugada maestra de Putin convenciendo a Assad para que entregue todo su arsenal de armas químicas y el escaso apoyo internacional recibido por Obama para iniciar su operación militar contra Siria forzará a las partes implicadas a una nueva Conferencia de Ginebra que levantará acta de la división “de facto” de Siria en dos partes (rememorando la Guerra de Laos y los Acuerdos de Ginebra de 1.954 con Jruschov), con lo que la crisis siria se limitaría de momento a una puesta en escena en la que los actores participantes usarán el escenario sirio como banco de pruebas para un posterior conflicto a gran escala que englobará a Israel y Egipto y que podría reeditar la Guerra de los Seis Días en el horizonte del próximo quinquenio. Putin orientará posteriormente su estrategia hacia el resto del mundo árabe del arco mediterráneo, revitalizando la doctrina del pathos anticolonial, basada en la ayuda a los regímenes nacionalistas árabes en su lucha contra la influencia occidental y que tendrá su plasmación en renovados proyectos de cooperación económica y en una intensa cooperación militar, lo que unido al evidente desapego afectivo del general egipcio al Sisi respecto a los países occidentales, el previsible fracaso de la enésima ronda de conversaciones de paz palestino-israelíes y la delicada situación económica en que se encuentra Egipto (país pobre de iure y subsidiado de facto), provocará un estrechamiento de relaciones ruso-egipcias que supondría un cambio geopolítico total en el complicado puzzle de Oriente Próximo. Así, Rusia pasaría a ser elemento referente y socio estratégico de Egipto, convirtiéndose Egipto en el portaaviones continental de Rusia (rememorando la política de Jruschov cuando Egipto era el principal socio de la URSS en la región y su Presidente Nasser fue condecorado con la Estrella de Héroe de la Unión Soviética), influencia que podría conseguir que Sisi enarbolara la bandera de un nuevo movimiento panarabista que tras extender su efecto mimético al resto de países árabes que circundan a Israel (Siria, Líbano, Palestina, Jordania e Irak) reeditará la Guerra de los Seis Días, (1967, en la que Jruschov apoyó militarmente al Egipto de Nasser), no siendo descartable que su desenlace incluya el diseño de una nueva cartografía favorable a los intereses geopolíticos de EEUU e Israel. El nuevo escenario postsoviético Tras la negativa de Gazprom a rebajar las tarifas gasísticas vigentes desde el acuerdo ruso-ucraniano del 2009 y conminar al nuevo Gobierno interino de Kiev a pagar una deuda de 882 millones de dólares por los suministros del mes de agosto, asistiremos a una nueva edición de la Guerra del Gas ruso-ucraniano del 2006 que tendrá como efectos colaterales importantes recortes de suministro en varios países de la UE, lo que aunado con la intervención del Ejército ruso estacionado en la base de Sebastopol (Crimea), provocará la división de Ucrania en dos mitades casi simétricas y separadas por el meridiano 32 Este, quedando el Sur y Este del país (incluida Crimea) bajo la órbita rusa mientras el Centro y Oeste de la actual Ucrania navegarán tras la estela de la UE, episodio que significará “de facto” el retorno al endemismo recurrente de la Guerra Fría Rusia-EEUU. Así, podríamos asistir a la reinstauración de la Doctrina Brézhnev (también llamada doctrina de la soberanía limitada), doctrina que instauró que Rusia tiene derecho a intervenir (incluso militarmente) en asuntos internos de los países de su área de influencia y que conjugando hábilmente la ayuda a minorías étnicas rusas oprimidas (Crimea, Ossetia. Akjasia), el chantaje energético (Ucrania), la amenaza nuclear disuasoria, la intervención militar quirúrgica, la desestabilización de gobiernos vecinos “non gratos” y el ahogamiento de la oposición política interna, intentará situar bajo su órbita a la mayoría de los países desgajados de la extinta URSS integrados en la futura Unión Euro-Asiática. Recordar que Rusia y China habrían sellado un estratosférico contrato petrolero que se convierte en uno de los mayores de la historia de la industria energética por el que la empresa rusa Rosneft, (la mayor petrolera del país), suministrará petróleo al gigante asiático durante 25 años por valor de 270.000 millones de dólares (unos 205.000 millones de euros), con la que se sentarían las bases económicas de la futura Unión Euro-Asiática como alternativa económica y militar al proyecto de Obama de crear una Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), pieza central de EEUU en su política de reafirmación del poder económico y militar en la región del Pacífico. *Germán Gorraiz López nacíó en Navarra en 1957. Escribe análisis sobre temas económicos y geopolíticos. Colabora, además de en Diario SIGLO XXI, en otros medios digitales españoles y latinoamericanos como Bottup, España Liberal, Libre Pensador, Socialdemocracia.org, Alainet , CubaNuestra, Plano-Sur.org, Entorno-empresarial.com, El Mercurio Digital y actualmente con TicoVisión (Costa Rica). Ganador del "Premio Estocolmo 2009" en la categoría de: “Política Internacional” |
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