Será una tarea, que junto a otras, deben ser impostergables y no deberán  quedar para las “calendas griegas” con el nuevo gobierno del PAC. Son tareas inmediatas para sanear las finanzas públicas en primera instancia y para poder gobernar, ya que estos funcionarios son los bastiones del neoliberalismo aspirador de nuestras finanzas y por supuesto, esto debe comenzar por las juntas directivas de los bancos estatales cuyos altos jerarcas tienen salarios superiores a los presidentes del primer mundo, o de los grandes magnates de las más poderosas transnacionales.

Si uno piensa en ministerios como el de Comercio Exterior, que preside Anabelle González, su equipo de trabajo se ha encargado de exponernos a tratados de libre comercio poco provechosos y fiables por las asimetrías economías entre nuestra economía y las economías con las  que se firman esos tratados.

Ya lo hemos dicho en otras ocasiones; “los Tratados de Libre Comercio (TLC) han sido de alcances muy limitados para la economía de Costa Rica, más que libre comercio, lo que ha habido es un aperturismo de nuestra economía a países de una mayor pujanza exportadora”.  Pero por ejemplo en el renglón de bienes de capital, es decir que en maquinaria que sirva para incentivar la producción nacional, la inversión ha sido ínfima, justamente en ese ministerio hay un comando de batalla siempre listo para enfrentar cualquier intento de cambio en la dirección de las políticas de impulso a la producción nacional.

El ministerio de Turismo, de igual manera, muy poco ha ayudado a mejorar la imagen de marca del país, y ante la crisis mundial y la merma del turismo mundial, no  hemos sabido posicionar nuestro país como un producto tropical. Ha sido más bien el turismo interno el que ha logrado por algunos meses convertirse en la tabla de salvación de los empresarios turísticos nacionales.

En relaciones Exteriores no habrá mayores problemas, toda vez que hay un porcentaje muy elevado de embajadores y cónsules que entran en el renglón de empleados de designación (a dedo) presidencial. Una reducción de muchas embajadas y consulados podrían suprimirse sin que se afecte la imagen de Costa Rica. Al escribir esto me viene a la memoria el recuerdo de una vieja propuesta de don Rodrigo Carazo, en el sentido de que un país pequeño como el nuestro solo debería tener representantes en los grandes foros internacionales donde se discute la política mundial. Nosotros necesitamos otro tipo de embajadores, no esos funcionarios que solo nos representan en actos protocolarios (fiestas, convivios, reuniones informales etc.), posiblemente se requieran más consulados y menos embajadores, y todos ellos preparados para dichas funciones con estudios académicos en la materia. En todo caso el presupuesto del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, sí se verá fuertemente comprometido por las dos demandas internacionales ante Nicaragua en los tribunales de la Haya en Holanda.

Quizá uno de los ministerios que merezca una especial atención, es el viejo Ministerio de  Agricultura, y todo lo contrario al debilitamiento al que lo han impulsado los gobiernos neoliberales, sea este un ministerio que deba fortalecerse; se debe retomar la producción de granos básicos y de hortalizas y de productos perecederos tan abandonados en estos últimos treinta años.  Habrá que crear una salvaguarda que garantice al productor nacional su recuperación de un mercado interno a precios justos. Creemos en un modelo de una agricultura sostenible, libre de alteraciones genéticas y que asegure la salud de los productores al igual que la de los consumidores; necesitamos además que cesen las importaciones de productos agrícolas y componentes de productos agrícolas de una alta toxicidad.

Por supuesto en la dimensión de los grandes cambios de una nueva institucionalidad que permita a un gobierno que logre proteger los más altos intereses de la Patria, y debe darse también una revisión de las presidencias ejecutivas y de los cuadros medios de estas instituciones, hechos que puedan generar, no solo un ahorro al erario nacional, sino que lleguen profesionales con nuevas ideas para impulsar ese motor de cambio que espera el costarricense de hoy.

Debe existir un fuerte estímulo a la economía  para lograr enganchar a los jóvenes y las poblaciones de edades medias que han quedado fuera de toda posibilidad de agarrarse del mercado empleador, en esta dimensión el proyecto “banca de desarrollo” es vital, pero debe ser bien dirigido y bien supervisado para que sea efectivo y eficiente.

El Ministerio de Educación tendrá que tener nuevas tareas a las ya asignadas, o deberá organizarse una especie de control de calidad sobre la educación pública en todas las escalas del conocimiento y en el plano más elevado del conocimiento debe vigilarse la creación de nuevos centros universitarios privados, no se puede seguir expoliando a los sectores populares a través de los famosos préstamos que hacen que los nuevos profesionales de universidades privadas salgan ya con deudas millonarias que no podrán enfrentar porque el mercado de trabajo profesional esta estrangulado.

Un Ministerio del Ambiente más comprometido y más amalgamado a las estructuras gubernamentales para potenciarlo de un nuevo modelo económico y finalmente, una modernización ministerial a través de la creación de instancias con poder de decisión en las regiones.  Ha llegado el momento de revitalizar la vida de las regiones retomando los viejos proyectos de los años de 1970, cuando se crearon los “Consejos de Desarrollo Regional”, y que estos se conviertan en enlaces inmediatos con toda la estructura gubernamental.  Sobre este tema y a través de las nuevas directrices de ordenamiento Territorial, podremos avanzar hacia un equilibrio del crecimiento económico (bien redistribuido) y una mejor integración del marco de territorios que conforman la geografía patria.

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*  Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.