No tardó mucho tiempo en demostrarnos cuán equivocados estábamos de albergar esperanzas de un cambio fehaciente en su gestión. El despilfarro, protección a los corruptos, choriceros y ladrones, se mantuvieron a la orden del día sin posibilidad de sentar responsabilidades.

Manipular la supuesta “invasión” a Calero para justificar la creación de la Trocha fronteriza en la que se perdieron y robaron millones y millones de dólares para muchos de sus amigos y allegados terminó de abrirnos los ojos.

Imponiendo un nefasto modelo de “no buscar culpables”,  implantó un sistema de impunidad y protección total para los mismos, lo cual, hoy nos ha hecho más desconfiados y desencantados del sistema democrático del que siempre nos habíamos jactado tener.

Su falta de liderazgo resultó evidente, nos dio vergüenza ajena ser testigos del tipo de marioneta en que llegó a convertirse.

A partir del 8 de mayo, su familia se dedicará a vivir cómodamente en otro país que no haya sido saqueado como usted permitió que lo fuera el nuestro, su querido hijo, podrá estudiar plácidamente en alguna prestigiosa y cara universidad mientras que usted ha dejado a los docentes de nuestro país en la ignominia total al privarlos de recibir los justos salarios que necesitan para vivir dignamente.

No puedo imaginarme cuán orgullosa debe sentirse por haber sido catalogada como una de las mandatarias mejor vestidas del mundo y los millones de gasto que ello le debe haber generado mientras que en los comedores escolares miles de niños pasan hambre cuando no hay fondos para la alimentación o becas, ya que el almuerzo que reciben en sus centros educativos es lo único que pueden comer en todo el día.

El uso de bienes privados como jets de empresarios para trasladarse junto con sus amigos a eventos festivos, nos demostró que no le quedaba sangre en la cara para sentir la vergüenza que implica tener que devolver después ese tipo de favores a delincuentes comunes.

Darnos la espalda un 11 de abril, secuestrar a nuestros hijos o simplemente huir de su deber para  dar cuentas al estar con el pueblo, agrandó la decepción de saberla culpable de lo que tanto negaba haber cometido.

Las mujeres que como yo, hemos debido luchar contra viento y marea en un mundo machista y estamos conscientes de lo difícil que resulta llegar a un puesto con la relevancia y envergadura que usted consiguió le podríamos excusar todos esos yerros.

Sin embargo, lo que nunca podremos perdonarle es que  hoy, más que nunca y debido a su nefasto paso por la Presidencia de la República, el pueblo de Costa Rica tardará años en volver a depositar la confianza en una mujer.

 Los horrores que caracterizaron su mala gestión no por un asunto de incapacidad de género sino por mero cálculo político tendrán consecuencias nefastas para tratar de recuperar el camino que con tanto dolor, esfuerzo y sacrificio habíamos recorrido.

Aprovecho para recordarle a nuestro pueblo que no todas las mujeres somos como usted y no permitimos que intereses mezquinos nos manipulen. Muchas pasamos hambre y todo tipo de privaciones manteniendo nuestra integridad intacta. No queremos ni deseamos saber qué se puede sentir al vender la Patria al mejor postor, porque estamos por encima del dinero, sabemos y tenemos muy claro que el dinero es un medio y no un fin.

Las mujeres decentes, honestas, capaces y trabajadoras, continuaremos tratando de rehacer el camino lleno de esfuerzo, sudor y lágrimas que tanto nos ha costado y  el cual usted vino a destruir en solamente cuatro años.

Como ciudadana consciente le tengo una última petición: si usted conoce la vergüenza, por favor desaparezca de nuestras vidas para siempre, sobre todo de la vida política de Costa Rica, no queremos a mujeres que como usted, avergüenzan al resto del género femenino.