tan solo un año después de lo de ocurrido en el golfo Pérsico, recordemos como no, lo que paso en Guatemala en 1954, o en el mismísimo Vietnam de tan alto costo para su pueblo en el 1963, sin saber tampoco, el cómo y el por qué ocurrió lo de Grecia, cuatro años después, en 1967, sin olvidarnos de un país bastante más cercano como Chile en 1973. Y si leemos un poco veremos que en todos ellos, existen pruebas más que fundadas de la presencia de EEUU.

Pero trasladémonos al presente, a esas "Ayudas" a través de sus embajadas y de las que hemos sido testigos: Venezuela con su golpe fallido del 2002. Bolivia, con la aportación de más de 90 millones de dólares a los partidos opositores corriendo el año 2006. Ecuador, el pueblo que votó la nueva constitución con la cifra de más del 60%, incluso tras la financiación de la municipalidad opositora de Guayaquil por el USAID. Y ya como colofón, algo que todavía no ha hecho nada más que empezar, Ucrania, en la que la ayudante del secretario de estado, Victoria Nuland, declaro que  “hemos invertido en la revolución de Maidan, 5000 millones de dólares”. Con todo ello y apelando al chiste fácil, recuerdo una cita que se me quedó muy grabada y de la que saque el título de esta columna que venía a decir algo así como -mientras no exista en América del Norte una embajada estadounidense, no habrá posibilidad de que se patrocine ningún golpe de estado-.

En este jodido mundo tan globalizado en el que todo hace indicar que somos actores, aunque no de reparto, y tras la política neoliberal tan instaurada que nos queda. La gente en general hemos llegado a un punto en el que todo hace indicar que nada nos importa, ellos los poderosos, a través de los medios de comunicación tradicionales nos manipulan y nos obligan a mentirnos a nosotros mismos, por temor no ya a nuestra estabilidad, -sino a través de leyes cada vez más restrictivas- a nuestra propia seguridad.

La libertad de expresión es un derecho secuestrado, ya que si no fuese así seguramente el pueblo estaría mejor informado y podría tomar alguna decisión equivocada o no, pero sería su decisión, y no la que le imponen los medios. La sociedad siempre se rigió por principios, y el de la libertad de expresión no es ajeno a esos principios, incluso para poder decir a ese gran país, que nos deje en paz y se entretenga, si es que le apetece el juego, con sus Vegas o sus "viajes a la luna", cualquier cosa, antes que las sangrientas guerras.