15 de junio de 2014.-  Heredados de las viejas sociedades primitivas, el rol paterno no ha sido fácil de entender, porque hay muchos padres que no lo son, el ser padre es un aprendizaje social que se construye con amor, respeto y tolerancia.

Ser padre es una tarea que como todo en la vida se aprende, ser padre no es copular el ovario por esos traviesos espermatozoides que en carrera vertiginosa quieren llegar a convertirse en seres humanos.

Ser padre es una responsabilidad que trasciende la reproducción para convertirse en una parte integral de la vida social. No hay escuelas para formar buenos padres, y no necesariamente de buenos padres siempre hay buenos hijos. Igual hoy en un mundo de súper consumo no es fácil ser un buen hijo, hay muchas tentaciones y demasiados malos ejemplos. Ser un buen padre es una elección, es un camino a pesar de tropezar una y otra vez contra las piedras y una sociedad cada vez más egoísta.

Ser padre y ser un buen padre es un esfuerzo de todos los días, es vigilar sin castigar, es observar para poder aconsejar y corregir, es jugar y saber siempre ser niños y adolescentes y jóvenes, es entender al otro y poder apoyarlo y guiarlo por las sendas correctas. Hay que educar en valor, los valores tienden a ser gran-