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Sionismo y III Reich: una coalición increíble (1) - TicoVisión | ||||||||
Publicado en 14/07/14 a 11:18:47 GMT-06:00 Por Administrador | ||||||||
Seis meses después de Hitler llegase al poder democráticamente, la Federación Sionista de Alemania, la más grande del país, entregó una memoria detallada al nuevo gobierno que revisaba las relaciones alemanas-judías... Por Felipe Botaya * 14 de julio de 2014.-Este es un capítulo muy curioso e increíble que rompe moldes con la historia oficial y del que apenas se habla. Es “Políticamente Incorrecto” y seguramente su conocimiento derribaría muchas conciencias. Suena increíble, pero así fue: hubo reuniones, traslados y objetivos en común entre el sionismo y el nazismo. También sé que es un tema espinoso, pero forma parte de la historia, nos guste o no y analiza aquellos misterios o asuntos especiales que no son de dominio público o que la historia oficial no quiere explicar abiertamente. Por un lado, los nazis querían sacarse de encima a los judíos que vivían en Alemania y por otro los sionistas querían tener su “Tierra Prometida” en Palestina. Ambos intereses coincidían en la forma y en el tiempo. Pero entremos en el tema. Se puede decir que durante mucho tiempo hubo personas de diferentes países que discutieron y polemizaron con la llamada entonces “Cuestión Judía”, es decir, cuál era el lugar o el papel de los judíos en una sociedad de no-judíos. Se puede decir, sin temor a equívocos, que durante la década de los años 30, los nazis y los judíos sionistas compartieron visiones e ideas similares sobre el tratamiento de este asunto tan complejo. Incluso estaban de acuerdo que los judíos y los alemanes eran claramente dos nacionalidades diferentes y que los judíos no pertenecían a Alemania. Los judíos que vivían entonces en Alemania no eran vistos como “alemanes de fe judía”, sino como miembros separados de una comunidad nacional diferente. El sionismo o nacionalismo judío además implicaba entre sus objetivos el re-asentamiento obligado de los judíos sionistas en Palestina, llamada “la patria judía”. Theodor Herzl, padre y fundador del sionismo moderno, mantenía que “el anti-semitismo no es una aberración, sino una comprensible y natural respuesta de los no-judíos ante los comportamientos y actitudes ajenas de los judíos”. Herlz argumentaba “que la única solución era para los judíos el reconocimiento de la realidad y vivir en un estado propio y separado”. En su famoso libro “El Estado Judío” también decía “que la “Cuestión Judía” se daba en aquellos lugares donde vivían un número considerable de judíos”. Y agregaba “En aquellos lugares donde no existe, aparece en el momento en que llegan los judíos... Yo creo que entiendo el anti-semitismo, que es un fenómeno muy complejo. Considero esto como judío sin odio o miedo”. Consideraba también que no era una cuestión social o religiosa “Es una cuestión nacional. Para resolverla, sobre todo, se debe tratar como un asunto de política internacional”. Seis meses después de Hitler llegase al poder democráticamente, la Federación Sionista de Alemania, la más grande del país, entregó una memoria detallada al nuevo gobierno que revisaba las relaciones alemanas-judías y ofreció de formalmente el soporte sionista para resolver “la Cuestión Judía”. El primer paso, sugería, tenía que ser el franco reconocimiento de las diferencias nacionales fundamentales. Parece ser que los sionistas no se hacía ilusiones sobre la dificultad de la condición judía, que se basaba sobre todo en la presencia y postura intelectual y moral no enraizada en el país en cuestión. Los sionistas llegaron a decir que “nuestro reconocimiento de la nacionalidad judía, nos provee de una clara y sincera relación con el pueblo alemán y sus realidades nacionales y raciales. Precisamente porque nosotros no deseamos falsificar estos fundamentos, nosotros también estamos en contra de los matrimonios mixtos y man tener la pureza del grupo judío y rechazar cualquier traspaso en el terreno cultural, nosotros podemos mostrar un interés en las obras y valores de la cultura alemana con admiración y simpatía...” Por motivos prácticos, el sionismo esperaba ser capaz de obtener la colaboración de un gobierno fundamentalmente hostil con los judíos. La propaganda y los boicots llevados a cabo contra Alemania de muchas maneras creo que fue, en esencia, no sionista ya que el sionismo no esperaba luchar y sí convencer y construir la relación con Alemania. El “Jüdische Rundschau”, el periódico principal de la comunidad judía en Alemania, proclamaba un mensaje similar de colaboración: “El sionismo reconoce la existencia del “problema judío” y desea una solución constructiva. Para ello, el sionismo desea obtener la ayuda de todas las personas, sean pro o anti judías, ya que estamos tratando un asunto concreto, más que un asunto sentimental y cuya solución buscan muchas personas interesadas”. El rabino Joachim Prinz, que más tarde se instaló en los Estados Unidos y llegó a ser responsable del American Jewish Congress, escribió en 1934 en su libro “Wir Juden”, que la revolución nacionalsocialista en Alemania quería decir “La Judería para los Judíos”, y explicaba “no hay subterfugio que nos salve. En lugar de la asimilación, deseamos un nuevo concepto: el reconocimiento de la nación judía y la raza judía”. Con la base de ideologías similares sobre raza y nacionalidad, los nazis y los sionistas trabajaron en conjunto por lo que cada uno creía de su propio interés nacional. Como resultado, el gobierno de Hitler apoyó de forma intensa el sionismo y la emigración judía a Palestina, desde 1933 hasta 1940/41, cuando la guerra impidió una colaboración mayor. Incluso cuando el III Reich estaba más atrincherado en sus ideas muchos judíos alemanes, seguramente una mayoría, se veían a sí mismos con orgullo como alemanes primero. Pocos se veían capaces o entusiasmados para enraizar en una nueva vida en la lejana Palestina. Sin embargo, más y más judíos alemanes se pasaron al sionismo durante ese período. Hasta finales de 1938, el sionismo floreció en la Alemania de Hitler. La circulación del “Jüdische Rundschau” bisemanal, creció enormemente. Se publicaron muchos libros sionistas. La Enciclopedia Judaica lo dice “el sionismo estaba a plena marcha”. Incluso la Convención Sionista efectuada en Berlín en 1936, reflejó “en su composición la vigorosa vida del partido de los sionistas alemanes”. Leer también: Sionismo y III Reich: una coalición increíble (2) http://www.ticovision.com/cgi-bin/index.cgi?action=viewnews&id=14607 Sionismo y III Reich: una coalición increíble (3) http://www.ticovision.com/cgi-bin/index.cgi?action=viewnews&id=14662 * Felipe Botaya, nació en Londres en Junio de 1953, durante la Coronation Week. Ha estado trabajando para compañías nacionales y multinacionales en España, Inglaterra y Oriente Medio. Es Doctor en Administración y Dirección de Empresas. Siempre interesado en los enigmas de la historia, escribió sobre este tema bajo su inter{es y especialización en las dos Guerras Mundiales y en los libros que ha publicado: OPERACIÓN HAGEN; ANTÁRTIDA 1947; KRONOS; KOLONIE WALDNER 555 (estos cuatro en editorial Nowtilus) y NO LE LLAME NEGRO LLÁMELE SUBSAHARIANO (ed. Identidad) |
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