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El evangelio según Santa Victoria: día de las madres - TicoVisión |
Publicado en 14/08/14 a 11:01:46 GMT-06:00 Por Administrador |
La palabra se hizo Mujer y habitó entre Nosotros. La mujer palabra habitó todos los rincones de planeta. Y los hombres de buena voluntad se unieron a la Mujer Palabra, formaron hogares, con muchos hijos multicolores... Por el Dr. Guillermo Carvajal Alvarado * 14 de agosto de 2014.- La palabra se hizo Mujer y habitó entre Nosotros. La mujer palabra habitó todos los rincones de planeta. Y los hombres de buena voluntad se unieron a la Mujer Palabra, formaron hogares, con muchos hijos multicolores. La tierra volvió a ser el sustento de mujeres y hombres y todo fue natural, cada quien producía según su necesidad y trocaba su excedente, todos consumían con frugalidad. La tierra se pobló de vegetación, miles de especies se multiplicaron y hubo abundancia de alimentos. Los vientos, aguas y ríos retomaron sus cauces normales y el calor y el frio encontraron su equilibrio y todo volvió a ser como era en un principio y todos fueron muy felices; sin armas, ni guerras, sin riqueza ni pobreza, todos fueron hermanos y el amor recorría cada parcela y cada rincón del planeta. El amor fue el lenguaje universal y las mujeres enseñaban a todos como se hablaba este lenguaje olvidado. No hubo necesidad de templos ni de iglesias, cada morada era un templo, no hubo necesidad de religiones y tampoco de curas, ni sacerdotes, ni pastores, se abolieron los presidentes, diputados y todo puesto de representación, la democracia fue directa, cada uno y cada cual era la democracia, no hubo nunca más títulos nobiliarios y los castillos fueron centros de reunión de los ciudadanos. Todos volvieron a ser hermanos, todos iguales con la misión universal de sembrar el planeta de amor y de preservar la nueva simiente. La Mujer - Planeta, la Mujer- Tierra, la Mujer- Hermana, la Mujer- Amor, aquí todos amaban y aprendían, cada cual enseñaba sus destrezas, cada uno aprendía el uno del otro. Ya no hubo mandamientos, ya no hubo leyes, ni maestros solo el amor y el respeto por la mujer, y todos construimos una nueva hermandad entre nos y con la naturaleza y todo cuanto nos rodea y la creación retomo su marcha inexorable. * Artículo compartido amable y directamente por el autor, Juan Antonio Aguilera Mochón: Profesor de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Granada y miembro de “El Observatorio del Laicismo en España”. |
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