De manera que el gobierno de los bienes comunes globales, se refiere a las políticas de aprovechamiento de los recursos naturales, esos con los que la naturaleza dota a cada país.

El agua es un bien común global que merece una particular atención y esa política debe extenderse a los curos de agua, ríos, quebradas, lagos, mares y zonas glaciares.  El aprovechamiento del agua ha sido fundamental para el ser humano, sin agua pereceríamos, es un bien muy desigualmente distribuido en el planeta y en los diferentes países. Por eso existen los grandes proyectos de canales de riego que llevan el agua de un lugar a otro.

Costa Rica, país que cuenta con un régimen pluviométrico elevado se caracteriza por ver más un obstáculo en la estación lluviosa que un beneficio del bien común agua. Nuestros centros poblados, no fueron diseñados para canalizar las aguas llovidas y encaminarlas hacia reservorios. El 90 por ciento del agua llovida se desperdicia, se ensucia, se contamina, inunda y destruye viviendas por lo que es un problema y no una solución. Poca o ninguna ingeniería se ha desarrollado para aprovechar el agua llovida.

En los últimos años ha habido un sentimiento contrario al sentido del bien común global que es el agua, las comunidades consideran sus nacientes como su patrimonio y no quieren compartirlo. Un proyecto ingenioso y una experiencia que siempre vale recordar es cuando el agua de “Ojo de Agua” de san Rafael de Alajuela, abastecía la zona de Puntarenas, en aquel entonces fue visto como una obra ingeniosa, hoy los localismos nos hacen ver como una país desunido donde las comunidades no permiten un reparto de un bien que es de la naturaleza pero que está en su comunidad, casos como los de Grecia, Alajuela, Atenas y comunidades aledañas.

Y todo esto nos lleva a formular la inquietud de qué se debe establecer que vincule el uso y abuso de los bienes comunes globales y esa política debe ser estatal, de manera que se regulen los aspectos que hasta ahora no han sido regulados.

Además hay que reagrupar todos los bienes comunes globales ver su futuros usos ya como alimentos, ya como bienes que pueden dotarnos de energía y bienestar y regular la apropiación privada de estos bienes que justamente por su carácter son, digámoslo así, del dominio público y no del dominio privado. Solo en casos que lo establezcan las políticas se pueden llegar a alianzas de aprovechamiento pero que eviten la pesca extensiva, depredadora que deteriora los recursos marino-costeros donde hay comunes globales, toda vez que los peces son un bien natural.

Una invitación a revisar ejemplos en muchas partes del mundo en donde se han establecido modelos que bien podrán considerarse en esa gran política nacional  hacia la economía de los bienes comunes globales. El acompañamiento de una política estatal sobre estos bienes nos lleva a su vez en pensar en vincular está política con una política de ordenamiento del territorio.

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*  Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.