Redacción.- 
Estados Unidos entregó ayer el control de todas sus operaciones de combate a las fuerzas de seguridad iraquíes.

La medida es una nueva señal de que su repliegue está en camino pese al estancamiento político en Bagdad y al aumento de la violencia, que en la misma jornada se cobró las vidas de decenas de personas. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo el lunes que mantendría su promesa de terminar las operaciones de combate en Irak el 31 de agosto, dejando la seguridad en manos del Ejército y policía locales entrenados por EU.

“Hoy es un día extremadamente importante mientras continuamos el avance para pasar la plena responsabilidad a las fuerzas de seguridad iraquíes”, dijo ayer a periodistas el general Raymond Odierno, alto comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak, tras la ceremonia de despedida para la última brigada de combate estadounidense.

Siete años después de la invasión liderada por Estados Unidos para derrocar a Saddam Hussein, Washington reducirá el número de tropas en Irak a 50 mil para el 1 de septiembre, desde poco menos de 65 mil en la actualidad y cerca de 150 mil en la fase crítica del conflicto.

Aunque esta fue la última brigada de combate en entregar el control a las fuerzas iraquíes, aún quedarán seis unidades en el país antes de que todos los soldados estadounidenses de terreno se retiren, a finales de mes.

Sin embargo, la ceremonia se vio opacada cuando la aparente explosión de al menos un coche-bomba hizo estallar un generador de electricidad en un mercado repleto, en la ciudad de Basora. Una fuente de la morgue dijo que al menos 25 cadáveres fueron rescatados en el lugar.

Fuentes de seguridad hablaron de 45 muertos, mientras que médicos del hospital local hablaron de 16 fallecidos. Testigos reportaron que ocurrieron dos o tres explosiones y dos fuentes de seguridad dijeron que al menos una de ellas ocurrió por la detonación de un coche-bomba.