territorio. Ya desde el 27 de Febrero de 1856 el congreso constitucional había aprobado el plan de Mora para marchar al norte a detener el paso de las tropas invasoras.

Las tesis de historiadores costarricenses sobre el hecho de que el ejército se movilizó muy tardíamente parece no ser cierta, ya que siempre el gobierno de Mora mantuvo vigilancia sobe algunos puntos fronterizos, como no es cierto que se haya esperado a que en el centro del país de concluyera la última parte de la cosecha de café. Estas versiones son inciertas y parecieran más estar destinadas a minimizar el rol del ejército nacional.

En este sentido, debe quedar claro que Costa Rica se movilizó hasta Santa Rosa con un ejército convencional, justamente esa institución desde 1850 había sido modernizada por la administración de Mora Porras y justamente había nombrado a su hermano Joaquín en un puesto de mando en la plaza de San José. Esta posición desmiente la tesis que fueran labriegos sencillos los que combatieron a Walker, no el filibustero y presidente de Nicaragua fue combatido por un ejército costarricense, armado y entrenado para la guerra. Y sobre esta tesis ya no hay duda, si se revisa el crecimiento de la cartera de guerra entre 1850-1860.

El ejercito costarricense contaba con el armamento convencional con que contaban los ejércitos en aquella época y los soldados habían sido preparados para ir a una guerra de liberación nacional, ya que se tenía claro que Walker quería la ocupación de Costa Rica para asegurarse el dominio de la vía del tránsito, ruta que permitía la comunicación  entre el mar Caribe,  y el Océano Pacífico.  La ruta del tránsito utilizaba el río San Juan, el lago de Nicaragua y la diligencia para realizar la travesía  de este a oeste, ruta que seguían los viajeros  y colonos que iban a la conquista de las tierras al Oeste, muchos  de ellos enrolados por las empresas que buscan del oro de las minas de california.

La Batalla de Santa Rosa

La batalla misma fue de corta duración, conociendo bien el ejército la geografía del sitio, supo evitar engaño de emisarios que querían desviarlos de la ruta establecida. Sabiéndose la localización del ejército de Walker  un contingente militar cercano a los 1000 soldados partió en busca del enemigo al cual encontró atrincherado en la hacienda  Santa Rosa, ahí se libró en 15 minutos una batalla fundamental  para la historia de Costa Rica.

El ejercito de nacional expulsó de la casona y del territorio costarricense a las tropas de Walker, si bien la batalla fue corta, el número de víctimas fue numeroso  y murieron un total de 19 personas en el bando costarricense (4 oficiales y 15 soldados) y 32 heridos. En el bando filibustero, se contabilizaron 26 muertos, más otros que murieron de sus heridas en el escape en la espesura de la selva y que no fueron contabilizados; hubo 19 prisioneros (18 de ellos fueron fusilados) y numerosos heridos.

Por primera vez nuestro ejército se enfrentó en suelo nacional a otro  ejército  invasor, lo cual nos indica la adecuada preparación de nuestros soldados en las técnicas militares. Santa Rosa es  para muchos la gran batalla por la verdadera independencia de Costa Rica. No obstante no debemos olvidar los otros triunfos militares entre 1856 y 1857 que permitieron el desalojo del  ejército de William Walker del suelo centroamericano.

De manera que la campaña militar contra William Walker  ha de ser vista como “Gesta  por la Independencia de Centroamérica”. Hasta la fecha la tradición ha sido que cada país tiende a narrar su participación como una gesta propia.

Ciertamente Santa Rosa  fue la única batalla liberada en suelo patrio, y esta batalla salimos victoriosos, pero la guerra continuó por muchos meses ya entonces en suelo  nicaragüense, donde nuestro ejército participó al lado de los ejércitos centroamericanos para liberar el suelo centroamericano del ejército invasor y esclavista de los estados sureños de lo que es hoy día los Estados Unidos.

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*  Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.