de la riqueza, de mejores servicios, de educación de calidad para todos, de solidaridad entre los pueblos, de rechazo a las imposiciones imperiales, de unidad latinoamericana.

Hay también en las redes algunos comentaristas habituales como Emilio Bruce, Roberto Artavia, y Otoya Alpízar, que sin pensar así, quiero estar seguro, tienen entre sus amigos gente que expresa ese tipo de posiciones extremistas, divorciadas completamente de cualquier principio democrático y de convivencia entre los ciudadanos. Verdaderos fascistas. Bueno sería que caigan en la cuenta que sus campañas "anti-comunistas", están sirviendo para alentar y aumentar tales sentimientos.

Costa Rica tiene sus particularidades y la lucha política y de ideas puede y debe darse en un marco de tolerancia. Mañana, bien puede ser, que este pueblo hastiado de desgobiernos y de corrupción resuelva optar por un gobierno de izquierda. ¿Y entonces Qué? ¿Hay que llamar a la guerra? ¿Esa decisión soberana no puede aceptarse?

Aquí hemos tenido por mucho tiempo gobiernos de corte derechista, y no he oído nunca, incluso entre los sectores más radicales de la izquierda llamados a las armas y a la limpieza de adversarios. ¿Es qué hay mayor responsabilidad en las filas de la izquierda? ¿Es qué los principios democráticos ahí son mejor entendidos?

Esto me viene a la mente porque hoy al compartir con la gente del Frente Amplio su jornada de Congreso y ver la gran cantidad de jóvenes entusiastas y cultos, discutiendo cómo hacer para servir mejor a este pueblo, pensé: "Carajo, hay aquí una riqueza nacional portentosa". Pero vistos como comunistas, hay quienes en su obcecación y su ignorancia, ante la "amenaza" de que ganen el gobierno, piensen que haya que matarlos.

Tenemos todos, una gruesa responsabilidad, no importa lo que creamos. Hago un llamado a asumirla.