¿Se respeta en Costa Rica la “presunción de inocencia”?

Haciendo la excepción del Poder Judicial y los señores abogados que SÍ respetan el principio de “presunción de inocencia”, gran parte del periodismo, medios de comunicación y por ende la población influenciada por los antes mencionados han retornado a la época del “viejo oeste” estadounidense con la práctica del “linchamiento previo” (mátenlo y después averiguamos), pero solamente a aquellos que han amasado fortuna producto de su trabajo; tener dinero se ha convertido en una “presunción de culpabilidad”, contrariamente a lo aplicado a los delincuentes comunes (ladrones, asaltantes, criminales etc.) a quienes se les protege hasta su identidad tapándoles la cara con una bolsa, camiseta o cualquier otro lienzo y se llegan a escuchar expresiones como “pobrecito”.  Además no se publica el nombre completo del delincuente, limitándose el periodismo a decir expresiones como “un hombre de apellido (x)” o un “hombre de nacionalidad (tal)” etc.

El Caso de don Eduardo Li

No pretendo defender a don Eduardo, pues no tengo elementos de juicio para ello, ni conozco más allá que una sola acusación, pero SÍ CONDENO el linchamiento de que ha sido objeto en base a la única acusación emitida por el Departamento de Justicia de Los Estados Unidos que se refiere a la transferencia de $27,500 dólares por parte de la compañía estadounidense “Traffic USA” a la cuenta de la Federación de Futbol Costarricense como parte de los pagos por obtener los derechos de transmisión de los juegos en que participe la Selección Nacional.  Esta es una transacción normal y además no ha sido dicho dinero transferido a una cuenta del señor Li, sino a la de la Federación Costarricense de Futbol.

El actual presidente de la Federación, don Jorge Hidalgo, ha dejado más que claro el recibo de ese dinero como "pagos normales de un patrocinio" y ha sido enfático  en que ese dinero “no es producto de ningún soborno que haya recibido Eduardo Li”.


Son muchos los casos de periodismo “falto de ética” y respeto como para mencionarlos todos, pero me llamó mucho la atención el día de ayer 29 en el programa “Hablando Claro” que dirige doña Vilma Ibarra en Radio Columbia. En este programa se entrevistó a don Jorge Hidalgo, quien aclaró con lujo de detalles todas las dudas de doña Vilma, pero esta casi ni lo dejaba hablar a don Jorge con sus palabras de presión inducida hacia que don Jorge diera por un hecho que don Eduardo Li era un “corrupto” así como se notaba el interés en que don Jorge admitiera “corrupción” en la Federación Costarricense de Futbol. Más que una entrevista, parecía un interrogatorio organizado por algún organismo tipo CIA. Don Jorge tuvo mucha paciencia en continuar repitiendo sus aclaraciones al respecto de cómo opera la Federación. Personalmente no hubiera tenido esa paciencia y habría mandado al carajo a doña Vilma y a su acompañante que le hacía eco. He tenido un gran respeto por la trayectoria de doña Vilma, pero ayer su imagen se me fue al suelo totalmente. Ver: https://www.facebook.com/hablandoclarocr

Al respecto de este programa, el respetable científico don Freddy Pacheco León comentó: "Mucha especulación de parte de los dos entrevistadores. La misma especulación que se ha hecho "popular" en las redes sociales, donde acusaciones van y acusaciones vienen sin que exista sustento en las mismas.

Aparentemente el señor Gustavo Jiménez... NO ha leído la acusación publicada por la fiscalía estadounidense. ¿Leerá inglés?".

Lo que se ha hecho con don Eduardo Li da vergüenza y me obliga a invitar a todo el pueblo a que “pongamos nuestras barbas en remojo” e invitar a las universidades a que revisen sus cátedras de periodismo, sobre todo la ÉTICA PERIODÍSTICA. Así mismo a los señores diputados a que no dilaten en actualizar las reformas a la “Ley de Medios de Comunicación”, pero sobre todo a la creación de una verdadera oficina de monitoreo con el suficiente personal capaz de no dejar pasar abusos que distan mucho de la libertad de expresión para caer en un libertinaje que destruye personas, empresas, entidades etc. Una oficina que sancione de inmediato las arbitrariedades del periodismo y medios de comunicación.