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Con la educación dual… ¿adiós a las vacaciones? - TicoVisión | ||||||||
Publicado en 21/07/15 a 08:23:12 GMT-06:00 Por Administrador | ||||||||
“La propuesta del ministerio de Educación Pública (MEP) de dividir el calendario escolar por trimestres y redistribuir las vacaciones, violenta el Convenio Centroamericano de Unificación Básica de la Educación...” ¿adiós a las vacaciones? Por Gerardo Barboza, M.Ed. * Educador Transcurría el 2011, el quinto año de retroceso educativo, paradójicamente, a cargo de la cartera de Educación, convertida en una agencia local de otros… El quinto año de un periodo de ocho de oscurantismo (aún continuado), caracterizado también por ocurrencias presentadas como ideas “innovadoras”, que no fueron más que simples copias… en el mejor de los casos… Dentro de esas copias se les ocurrió lanzar la “propuesta” sobre la “trimestralización del calendario escolar”, que al final de cuentas era el calco de “year round education” (YRE), “educación todo el año”, promovido en los Estados Unidos de América. Dos años antes, en septiembre de 2009, debe apuntarse, aparecieron en la prensa artículos relacionados con la formación dual (La Prensa Libre, ediciones del 08, 17 y 21 de septiembre de 2009). Ya la agenda trasnacional decía que era el momento de poner en marcha, al menos, la estrategia de manipulación de la “gradualidad”: “hacer que se acepte una medida inaceptable, aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos”… y, si no… la estrategia de “diferir”: “hacer aceptar una decisión impopular es presentarla como ‘dolorosa y necesaria’”… Si en la agenda transnacional, por ejemplo, en España, la educación y la formación dual había sido autorizada mediante el Real Decreto de noviembre de 2012, pero considerada a la vez en aquel país como un “fraude educativo” (Iniciación a la precariedad, 2012), ¿cómo acá nos íbamos a perder de tan “valioso” paradigma educativo?… En la agenda “estratégica” que han venido implementando, era necesario, más que la “propuesta” sobre el cambio del calendario escolar, conocer en detalle la reacción de los distintos sectores relacionados con la educación: universidades, sindicatos, estudiantes, padres de familia… El acostumbrado “sondeo” rápido que realizan ciertos políticos, para conocer si siguen por la ruta anunciada, o mutan el plan. Sabían que la reacción sería negativa, pero faltaban los detalles. Ejemplos de detalles son: “La propuesta del ministerio de Educación Pública (MEP) de dividir el calendario escolar por trimestres y redistribuir las vacaciones, violenta el Convenio Centroamericano de Unificación Básica de la Educación, así como la Ley de Carrera Docente y el Laudo Arbitral, de acuerdo con organizaciones gremiales del sector educativo”. “Me pregunto en qué investigaciones y fundamentos pedagógicos se está basando el MEP, porque los chicos necesitan hacer cierres de procesos y los docentes requieren desarrollarse profesionalmente, aunque en estos momentos tampoco se está logrando mucho. Yo revisaría el Convenio Centroamericano, porque los 200 días deben ir con aprendizajes de calidad”. “El acercamiento entre ambas partes es perfectamente viable, de manera que el ministro reorganice su iniciativa sin lesionar los derechos de los educadores y los sindicatos analicen la conveniencia del cambio a la luz del bienestar del estudiantado”. (Nuevo calendario escolar violentaría convenio centroamericano. Semanario Universidad. 16 de marzo, 2011). Dos detalles que mostraron obstáculos significativos: la ley y los derechos adquiridos. “Las investigaciones y los fundamentos pedagógicos” nunca han sido un obstáculo; han sido inexistentes o conforman un collage de recortes de otras latitudes. Pero, si la ley impide la “reforma”, debe buscarse la forma de imponerla… Si la ley no lo impide, la “reforma” se ejecuta y listo… sin importar “la investigación y los fundamentos pedagógicos” y la opinión de nadie. ¿Qué mejor manera para quitar los obstáculos si no es con otra ley, como la que se busca aprobar con base, por ejemplo, en el “Expediente Nº 19019 Ley para la regulación de la educación o formación profesional-técnica en la modalidad dual en Costa Rica” (sic)? Dicen que en el modelo de educación dual al estilo alemán, el estudiante desde los 15 años atiende el colegio dos o tres días a la semana y los otros, posiblemente incluyendo sábados, atiende la empresa… empieza a laborar aunque se le llame “aprendiz”. ¿Cuál diferencia existe entre un estudiante que inicia en una empresa, con el nuevo empleado (adulto) que debe pasar un proceso de inducción para el nuevo puesto? ¿En los primeros meses en los que un estudiante entraría a una empresa, primero se le “induce” y luego seguiría trabajando si pasa la “inducción”, pero sin salario? ¿Y si el “nuevo” empleado-aprendiz no es bueno, no pasa? ¿Qué sucede? ¿Se le invita a desertar?… O en el lenguaje de algunos, ¿se le expulsa del sistema? El modelo subyacente es el mismo, con un sutil cambio de lenguaje pero radicalizado en otro tipo de legislación: contrato civil en lugar de un contrato salarial, según así lo ha “recomendado” cierto grupo de empresarios… De acuerdo con el texto del proyecto de ley, el artículo 28, “Responsabilidades de las empresas formadoras”, inciso f, establece: “Permitir al personal de la institución educativa, visitar las instalaciones y desarrollar actividades de acompañamiento pedagógico tanto al estudiantado como al personal de la empresa vinculado con el proceso de formación en la empresa durante los horarios normales de trabajo. Estas visitas deben ser acordadas de previo con la empresa”. ¿Y cuáles son los “horarios normales” de trabajo? ¿No es cierto que en algunas empresas el horario consiste en 24 horas al día, siete días a la semana, todas las semanas del año? Desde luego un mismo estudiante no pasaría todo ese tiempo trabajando… No obstante, una vez aprobada la ley, ¿cuál es la conveniencia para una empresa de permitir que su “empleado” tenga vacaciones de diciembre a febrero, Semana Santa, a la mitad del año?... ¿Cuál es la conveniencia de ese calendario para los procesos de producción empresarial? Posiblemente los defensores del infundado y copiado proyecto digan que el calendario escolar actual se mantendría… y que “los jóvenes solo van a la empresa durante el año lectivo…”. Desde luego, en tanto logran pasar la ley, luego la ajustan. ¿Y para qué mantener el salario escolar actual si con esa ley ya no harían falta docentes de lunes a viernes, el estudiante debe no solamente aprender una “habilidad” que supuestamente le garantiza empleo (precario, obsoleto y casi inamovible por lo que habría aprendido), sino que además debe ajustarse a la dictadura, me disculpo, “dinámica”, empresarial desde los 15 años? ¿Suspendería el proceso de formación el estudiante durante los periodos de vacaciones actuales o, por ejemplo, convendría más el YRE, la trimestralización del calendario copiada, o, mejor aún, que cada empresa decida cuándo el estudiante tendría sus vacaciones, dentro del mismo esquema de “igualdad” para todos, “pasantes” y empleados regulares? ¿No sería más lógico que el estudiante deba igualmente ajustarse a los periodos de vacaciones laborales, según las políticas de cada empresa? ¿Cómo sabemos que los estudiantes, por ser “nuevos”, sus vacaciones cada vez no estarían más lejos porque deben “cubrir” a otros empleados con mayor antigüedad en la empresa? El discurso y las prácticas sobre “calidad” en educación tiene sus orígenes. Los autores Marcelo Flores y Susana López (2006), en “Las reformas educativas neoliberales en Latinoamérica”, exponen una explicación clara: “La actual concepción de la calidad en la educación se fundamenta en la gestión de la calidad total (GCT), paradigma altamente exitoso en las empresas privadas”. Si la reforma educativa en Latinoamérica ha sido para satisfacer a las empresas hasta en el concepto de “calidad”, y el modelo de educación dual alemán es la entrega del “diseño” y el control del currículo a cierto empresariado, ¿qué podría hacer suponer que el calendario escolar como lo conocemos actualmente, se mantendría? ¿Qué hace suponer que el calendario actual se mantendría dentro de un esquema de distribución del tiempo desde la óptica de producción empresarial? Y, si me equivoco, ¿cómo se garantiza que el estudiante mantendría sus periodos de vacaciones actuales, pues el proyecto de ley no establece esa garantía? ¿Las empresas se acomodarían a las necesidades de los estudiantes…?: Estudiante: “No puedo venir la próxima semana porque empiezan las vacaciones”. Empresario: “¡Claro! Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo. Nos vemos en febrero. Saludos a la familia”… De igual manera, si con el actual calendario de vacaciones escolares tenemos un caos vial, ¿qué podría suceder, por ejemplo, en los caminos llamados calles y “autopistas” debajo de deslizamientos o sin puentes, con un calendario de educación dual los doce meses del año? ¿Qué podría suceder con el sector turístico que espera a los vacacionistas en los periodos existentes? La educación y la formación dual al estilo alemán, desde todo ángulo, es un caballo de Troya innecesario, es una caja de Pandora… envuelta con un papel de regalo que dice, en el lenguaje de otros, “empleo”, “desarrollo”… pero lenguaje incompleto en el que faltó, por ejemplo, el prefijo “sub” y el adjetivo “precario”: “[ sub ]empleo [precario], [ sub ]desarrollo… Con la educación dual al estilo alemán, ¿adiós a las vacaciones según las conocemos…? * Gerardo Barboza posee una maestría en Educación con énfasis en Enseñanza Internacional de Framingham State University, Framingham, Massachusetts, Estados Unidos de América. Además ha realizado cursos de posgrado en los Estados Unidos de América en Enseñanza del Inglés como Segunda Lengua, dentro de los que destacan: Investigación en Estadística, Lectura y Escritura, Teorías sobre la Adquisición de una Segunda Lengua, Alfabetización para Estudiantes de Lenguas Extranjeras, Inglés como Segunda Lengua y Cultura, Investigación en la Enseñanza del Inglés como Segunda Lengua e Inglés de los Estados Unidos de América. Su preparación académica y su experiencia en la enseñanza del inglés a profesionales de distintas áreas como son la medicina, leyes, banca, corredores del mercado de valores y las inversiones, seguros, finanzas, educación, agronomía, farmacia e ingeniería, ha desarrollado en él un interés genuino en el Inglés para Propósitos Específicos (IPE). |
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