Menu PrincipalNoticias NacionalesNot. InternacionalesColumnas
OtrosIniciar Sesión |
Compra: | 560,92 |
Venta: | 573,51 |
Nada nuevo: hasta revolver sacaban en la Asamblea - TicoVisión | ||||||||||||
Publicado en 03/10/15 a 06:08:11 GMT-06:00 Por Administrador | ||||||||||||
La Asamblea Legislativa es un reflejo, y no el mejor, de la sociedad costarricense. Por eso no hay que alarmarse ni rasgarse vestiduras. Debemos aceptar, no con resignación, que somos un pueblo alfabetizado, sabemos... Por Sergio Erick Ardon Ramirez Rara vez sintonizo las sesiones legislativas que se nos ofrecen por Radio Nacional. Anteayer fue una de esas raras veces. Me sorprendió la forma en que Jorge Rodríguez, diputado por Cartago del PUSC, considerándose ofendido en su honor, interpelaba a Ottón Solís (PAC), acusándolo de mentiroso y retándolo prácticamente a duelo. Lo desabrido de su intervención, me recordó otros hechos de los que fui testigo estando en Cuesta de Moras. Porque lo que oía ayer no es nuevo. La Asamblea Legislativa es un reflejo, y no el mejor, de la sociedad costarricense. Por eso no hay que alarmarse ni rasgarse vestiduras. Debemos aceptar, no con resignación, que somos un pueblo alfabetizado, sabemos leer y escribir, todos firmamos, pero poco más. Aunque hay cierto grado de ilustración, en nuestro más íntimo fuero seguimos siendo muy provincianos, muy campesinos. Esto no es algo intrínsecamente malo, no, sus ventajas tiene, pero también, como en el caso de ayer, se manifiestan costumbres y formas propias de una sociedad inmadura, marcada por el machismo y las matoneadas. Paso a contarles lo que viví en los cuatro años que me tocó ser diputado. No, no voy a cansarlos con las frustraciones, las lecciones de politiquería que sufrí, eso sería de mi parte un gran abuso y seguro que un ejercicio interminable de masoquismo. Lo que quiero relatar son las anécdotas más sonadas, Que a mi entender se dieron entre el 82 y el 86. EL DUELO. Con su verbo florido y rotundo Jorge Luis Villanueva Badilla, otro cartago, solo que más sutil y capaz, hizo trizas, en el plenario, del honor de Ricardo Rodríguez Solórzano, diputado ramonense. En la oficina de la presidencia, nos reunimos el agraviado y sus dos padrinos, Álvaro Montero Mejía y yo, y el agresor Villanueva con Frank Marshall y el Negro Juárez como sus representantes. Hernán Garrón Salazar, era el presidente de la Asamblea y con sonrisa socarrona gozaba de la reunión. Marshall que estas cosas del honor las tomaba en serio, nos leyó el Manual del Carreño, en el capítulo dedicado a lances de honor. Se fijaron lugar, hora y armas. Todo una estampa ridícula, fantasmal. Dos provincianos costarricenses emulando a los caballeros del Romanticismo. Álvaro y yo nos propusimos desmontar aquello con argumentos que sonaban como agua fresca para los duelistas. No hubo que ser muy convincente para lograrlo. Ante la frustración y el estupor de Frank Marshall, los hasta segundos antes, enemigos a muerte, se dieron la mano, y se fundieron en un fuerte abrazo. El resto de la legislatura fueron amigos. EL REVOLVER. Nos aseguraban los conocedores que esto nunca antes había sucedido. Que un diputado, en medio de una sesión plenaria, se pusiera de pie esgrimiendo un revólver 38 y amenazara con este a otro diputado, no había sucedido en lo que se tiene memoria. De nuevo Ricardo Rodríguez Solórzano hace de protagonista. Esta vez el ofendido fue el pintoresco y muy querido diputado alajuelense Oscar Valverde Rodríguez, que ante lo que entendió como burla que de él hacía el ramonense, vociferante, blandió el arma. La estampida fue inmediata, casi todos optamos por ponernos a resguardo, y alejarnos de la línea de tiro de Valverde, algunos lo hicimos caminando, guardando la compostura, otros atropelladamente. Solo dos no se movieron de sus curules, Guillermo Malavassi Vargas, que se sentaba al lado de Valverde y quedó petrificado y Ricardo Rodríguez, que aunque lívido, no se movió. La sesión se suspendió. Como secuela de este inédito y estrafalario hecho, al día siguiente, en la lectura del acta, al reafirmar Rodríguez lo que había provocado a Valverde hubo una escaramuza, con empujones, moquetes al vacio y toda clase de forcejeos, solo que esta vez sin revólver. Los jefes de fracción en reunión de emergencia habíamos prohibido terminantemente entrar armados al plenario. MADRAZOS. El diputado Malavassi Vargas, hombre muy conservador, en una desdichada intervención, dijo cosas que hirieron a Montero Mejía, hombre de izquierda, ofendiendo a su padre, el antiguo diputado Montero Padilla. "Maricón, con mi familia no se meta", grito Álvaro Montero y se abalanzó sobre el asustado Malavassi. Se dió un tumulto, muchos corrieron para detener al enfurecido Montero, yo que me sentaba a su lado no lo hice. Aplacados los ánimos, Malavassi tuvo el buen tino de pedir perdón. Este mismo diputado interrumpió una vez un encendido discurso del diputado Ferreto Segura que defendía al gobierno sandinista, gritando a viva voz "piricuaco", forma despectiva como llamaban en Nicaragua a los sandinistas. Ferreto concentrado en su intervención no lo oyó, pero su lugarteniente el diputado Freddy Meléndez si, y poniéndose de pie, robusto como el es, mirando a Malavassí gritó, "hijueputa". Como pueden ver, porque llego hasta aquí, no es nuevo ni casual que en la Asamblea Legislativa, se expresen formas y costumbres propias de nuestra provinciana sociedad. |
||||||||||||
(1609 leidos) | ||||||||||||
Artículos por Administrador | ||||||||||||
Comentarios de este artículo: | ||||||||||||
Nada nuevo: hasta revolver sacaban en la Asamblea - TicoVisión | 3 Comentarios | Publicar comentario | ||||||||||||
Los Comentarios son responsabilidad de los que lo publican, por lo tanto no nos haremos responsables de su contenido. |
||||||||||||
|
|