Redacción.- Tras conocerse que los 33 mineros atrapados están vivos, los esfuerzos volvieron a concentrarse desde ayer en el rescate de los trabajadores, quienes luchan por sus vidas en el refugio provisto para tales casos.
Los pasos por seguir son claros y concretos. La fragilidad de la mina impide un rescate directo, por lo cual, las perforaciones para que puedan ser liberados demandarían entre dos y tres meses, según adelantaron los expertos.

Mientras tanto, los mineros deberán sobrevivir tal como lo hicieron hasta ahora, en el refugio ubicado en lo más profundo de la mina, un pequeño espacio de casi 50 metros cuadrados.

Es una especie de "muesca" en uno de los ocho kilómetros de curva que, en forma de espiral, llevan hasta el fondo de la mina, a casi 800 metros de profundidad por sobre el nivel del mar. Cuenta con pequeñas banquetas donde sentarse y, en teoría, tubos de oxígeno, comida y botellas con agua para soportar el encierro.

El refugio está unido por una galería, que es donde fueron captadas el domingo las primeras imágenes de los mineros, con un taller de 200 metros cuadrados.

Los 17 días de incomunicación fueron tolerados sólo gracias al liderazgo de los mineros más grandes, que usualmente toman este rol en los períodos de encierro.

Según una carta escrita por Mario Gómez, de 63 años, uno de los mineros, ellos tienen dos camionetas bajo tierra, lo que les ha permitido tener luz. Además, han hecho un canal para poder tener agua y así poder hidratarse y sobrellevar temperaturas de 36 grados, según informó el diario chileno La Hora.

Las camionetas han sido claves en su supervivencia ya que también les han servido para transportar los alimentos que se encontraban en la mina.

Las grietas de la mina, una vetusta excavación de fines del siglo XIX, permiten la entrada de aire. En tanto, la comida fue racionada y las altas temperaturas del fondo de la mina combatidas con la ventilación de los vehículos.

Sandro Rojas, hermano de Esteban Rojas, quien sobrevive en el fondo del yacimiento junto a tres parientes más (Paulo Rojas, Víctor Segovia y Ariel Ticona), dijo que si aguantaron 17 días "con poca comida y agua, y sin noticias", ahora van a estar mucho mejor.

"Ellos pueden aguantar cuatro meses y más abajo. Ellos intuyen que el rescate final va a durar mucho, porque tienen experiencia en trabajos de mina. No les va a afectar cuando les digan que van a tener que esperar", declaró a El Mercurio.