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La última: pasar por el polígrafo en las entrevistas de trabajo - TicoVisión |
Publicado en 31/08/10 a 06:59:03 GMT-06:00 Por Administrador |
31 de Agosto de 2010 TicoVisión Por Adolfo Pastrán A. Periodista Esto no es la tele. Aquí no hay espectáculo. No hay preguntas cebo ni guerra de audiencias. Es puro negocio basado en la desconfianza. Varias empresas españolas extienden el uso del polígrafo en las entrevistas de trabajo para “identificar a tiempo a quienes constituyen una amenaza o un riesgo para la empresa y lógicamente tratan de ocultarlo”, dice en su web la empresa española Omnis, que vende sus servicios a otras compañías para someter a empleados y aspirantes a la “máquina de la verdad”. “Más del 70% de los candidatos a un puesto de trabajo oculta o distorsiona algún dato relevante sobre su persona, su historial o sus intenciones. Por ello el polígrafo cada vez se utiliza más”, afirma la publicidad de la empresa. Hay otras compañías que ofrecen una carta de servicios casi idéntica, como Horcis, Bear Forensics o el Grupo Verity. Este último ue presume en su web de haber prestado sus servicios de polígrafo a empresas como McDonald’s, Securitas, Bimbo, BBVA o Wolkswagen. Todas las empresas citadas prometen que gracias a su prueba se podrá saber si “todos los datos del CV de un candidato son ciertos”, detecter si hay “adicciones, conflictos en anteriores empresas, antecedentes, enfermedades, abusos de alcohol…” o si las intenciones del candidato no son las que parecen. Y se dan algunos perfiles que representan a los puestos de trabajo más indicados para someterse al detector: cargos con presupuesto asignado, “vigilantes, limpiadoras” (sí, con a), etc. Por supuesto, el servicio está diversificado y también tiene una aplicación más personal: “el personal doméstico de una casa debe ser de máxima confianza. El polígrafo permite (…) aclarar aquellas dudas o sospechas” sobre “maltrato a bebés o a ancianos, robo, fraude…”, dice Omnis en su web. Y, sin embargo,aunque se las arreglan para averiguar todo eso, afirman que “en ningún caso se formulan cuestiones relativas a la vida sexual de las personas, su orientación religiosa o política, ni se invade de modo alguno su intimidad“. Omnis se funda en 2007 en Málaga y en solo tres años, los de la crisis, tiene sede en tres ciudades más. Es la empresa que está detrás del sistema del polígrafo utilizado en algunos programas de televisión, como El juego de tu vida. A pesar de este crecimiento, los sindicatos no tienen constancia de ninguna denuncia por parte de ningún trabajador y se muestran “escandalizados” con la posibilidad de que todo esto esté ocurriendo. Cada año, Omnis trabaja para “unas 15 empresas” en selección de personal, según David Fierro, jefe de marketing de la compañía, con el que hemos hablado. Reconoce que “aunque la práctica se extiende, todavía son pocas”, y que la mayoría de los polígrafos en España se usan “para aclarar infidelidades, robos en el hogar o abusos sexuales”. El portavoz de Omnis nos cuenta que están intentando potenciar esta vertiente de su negocio dedicada a lo laboral. “Se trata de no esperar a que te roben, sino comprobar desde el inicio que estás contratando a personas de confianza. Uno puede decir que es honesto, pero si lo es de verdad, no le importará demostrarlo“. ¿Es legal? Ese “no le importará” es un matiz clave en todo este asunto. Las pruebas del polígrafo, claro, son voluntarias; uno se somete a ellas sólo si quiere. Sin embargo, es evidente que si no se pasa por el polígrafo es muy probable que quedes descartado para el puesto. ¿No hay coacción laboral? Legalmente no, según la abogada Paloma Llaneza: “el uso del polígrafo no es válido ante la Justicia española, pero la ley no regula otros usos privados. Y los procesos de selección de personal no forman parte legalmente de la relación entre empresarios y trabajadores, donde sí se entiende que no hay condiciones de igualdad, que puede haber coacción: en teoría, cuando uno va a hacer una entrevista de trabajo, acude a un encuentro de igual a igual. Una vez contratado, ya sí se entiende que el trabajador no es libre de negarse a hacer el test y, por tanto, la prueba sería nula”. Los sindicatos, en cambio, ven evidente que “esas preguntas se hacen en un contexto donde se fundamenta la relación laboral”, en palabras de Jesús González, abogado sindicalista. “Desde el momento en que empieza el contacto empleado – empresa debe existir protección para el trabajador”, añade, y en eso está de acuerdo con Francisco Díaz, de la Fundación Socio Laboral de Andalucía, que califica de “extremadamente grave” que en una situación legalmente voluntaria, “pero que no lo es”, uno tenga que “declarar sobre su ideología, religión, creencias, afiliación, enfermedades, etcétera”. Desembocamos: en España, el meollo del asunto no está en la herramienta que se usa sino en las preguntas. ¿Es legal que te pregunten en una entrevista de trabajo, por ejemplo, si estás embarazada? Se da la paradoja de que “es legal que te lo pregunten, pero es ilegal que tengan en cuenta la respuesta a la hora de elegir”, nos dice Paloma Llaneza. “Puedes negarte a contestar y tienes derecho a mentir. Y si eres capaz de demostrar que no te eligieron por no contestar o por contestar algo que forma parte de tu intimidad, entonces va contra la Constitución, porque es discriminatorio”. Por tanto, según esto, preguntar no discrimina, elegir según criterios discriminatorios, sí. Y, claro, cómo demostrar que efectivamente no te contrataron por ser negro, o hetero, o de derechas, o budista. Estamos una vez más en el terreno de lo ético. Paloma Llaneza comparte que “moralmente, el uso del polígrafo en cualquier circunstancia es reprobable”, pero matiza que “las mujeres llevamos décadas recibiendo preguntas inaceptables en las entrevistas de trabajo”. De hecho, añade Llaneza, “me consta que El Corte Inglés manda a investigadores privados a comprobar el perfil personal de la gente a la que va a contratar; los manda a sus casas, incluso”. Otro ejemplo crudo nos lo ponía el propio portavoz de Omnis en conversación telefónica: “A muchas mujeres en las entrevistas de trabajo se les pregunta por ejemplo cuándo fue la última vez que tuvieron la regla“, dice. “La respuesta no importa en absoluto, es sólo para ver cómo reacciona en una situación incómoda”. Cambiar la ley para inlcuir los procesos de selección en las relaciones laborales y así proteger a los candidatos de estas situaciones se antoja difícil, vista la tendencia hacia la flexibilización del mercado de trabajo: “haría la contratación más complicada, más lenta, sobre todo para los pequeños y medianos empresarios, que se juegan mucho en cada contrato”, opina Llaneza. Sin embargo, en Estados Unidos, una Ley para la protección del empleado contra la prueba del polígrafo prohíbe desde 1988 el uso del detector tanto en el “período de pre-empleo” como con el contrato en vigor. Empresas españolas en el extranjero A menos garantías y derechos tengan los trabajadores, más campo para correr tiene el detector de mentiras. La empresa española Calvo, la del atún, claro, ha recibido denuncias sindicales en El Salvador por “someter a interrogatorios bajo aplicación del polígrafo” a 20 trabajadores, ya contratados, en 2007. Uno de esos trabajadores cuenta cómo “la jefa de Producción me manifestó que a varios compañeros de mi área se nos iba a practicar una prueba poligráfica, debido a que, supuestamente, habían ocurrido actos de sabotaje contra un montacargas y una banda de producción. Aunque decían que era ‘voluntaria’, el negarse a practicarla era, según la Administración, una prueba de tener alguna implicación o conocimiento de los hechos”. Las preguntas del interrogatorio se salían de lo extrictamente ocurrido, con lo que la empresa obtuvo información sobre la vida interna de los sindicatos, por ejemplo. Otra empresa española, Unión Fenosa, fue acusada por el Tribunal Permanente de los Pueblos, una asociación de juristas que analiza los abusos de las multinacionales en todo el mundo, de precarizar los puestos de trabajo dejándolos en manos de subcontratas que, entre otras prácticas, aplicaban el polígrafo para la contratación. ¿Ha consumido droga en los últimos tres meses? ¿saca provecho de la prostitución? ¿lleva un arma? ¿ha matado a alguien? ¿ha abusado sexualmente de alguien? ¿ha visto alguna mujer desnuda? ¿es cristiano de verdad? ¿ha participado en conflictos laborales? Son algunas de las preguntas que tuvo que contestar Agustín Ortíz en una entrevista de trabajo para una compañía guatemalteca que relata en el Diario de Centro América. En ese artículo, el abogado laboralista Alejandro Argueta dice que “lo que se vislumbra es que el mercado laboral se está organizando sobre el paradigma cultural de que el trabajador es un criminal, un enemigo”. También en Colombia, una empresa portuaria hizo pasar a todos los trabajadores de un muelle por el polígrafo para interrogarles sobre la desaparición de un contenedor. En estos casos se trata de investigaciones internas dentro de las propias compañías, independientes a las que le corresponde hacer a la policía. Noemi es una publicista peruana y contó en su blog su odisea del polígrafo. Tuvo que hacer cuatro pruebas para conseguir su trabajo; la última, frente a una “psicóloga fría y calculadora”, que le dijo, según cuenta ella misma, “Noemi, la mentira es mala, no hay mentira blanca o mentirita (…) No te conviene mentir porque yo lo sabré. ¿Hay algo que quieras decirme antes de empezar? Dime qué es lo mas malo que has hecho en tu vida”. Luego comenzaron las preguntas con el polígrafo sobre “si había estado presa” o “si tenía vínculos con narcotraficantes”, por ejemplo. ¿Pero es fiable? Todo lo anterior se centra sobre si es ético y legal que una persona sea sometida a una máquina de la verdad como requisito para acceder a un puesto de trabajo. Otro tema diferente es si los resultados son fiables. Obviamente, las empresas que prestan servicios relacionados con el polígrafo exhiben sus diplomas, certificados, modelos tecnológicos y analogías internacionales para dejar claro que lo suyo es ciencia (y de camino echar tierra encima de la competencia). Pero Estados Unidos no admite en un juicio pruebas inculpatorias obtenidas por el polígrafo. Alemania tampoco. Colombia tampoco. España tampoco. “Las alteraciones fisiológicas cuando uno miente [si te late más o menos el corazón, si la respiración varía...] dependen demasiado de la personalidad de cada uno como para darlos por definitivos”, dice Paloma Llaneza. “Además, la homologación de los aparatos no ofrece las garantías que debería”, nos dice un portavoz de UGT. Y luego está el otro frente: quién se queda y para qué se usa el archivo de preguntas y respuestas, con información sobre el verdadero juego de tu vida. En España, la Ley de Protección de Datos los protege e impide que todo eso pase a manos de terceros… pero el mundo es grande y la letra pequeña es traicionera. Verdad verdadera |
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