San José.- Los diputados tienen una enorme responsabilidad: concretar la infraestructura definitiva del parlamento que le heredarán a las próximas generaciones de costarricenses. Una decisión que desde 1959 se planteó y que no ha tenido éxito.

El último esfuerzo fue el Convenio Marco con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) aprobado en marzo del 2008 por más de 93 millones de dólares para construir 52.725 metros cuadrados. Esta decisión está estudiándose porque es prácticamente imposible que un Parlamento se construya en tres años: se requiere de un concurso arquitectónico que integre la nueva edificación al proyecto de Centro Cívico Nacional en el centro de San José y después enfrentar el tortuoso camino de la tramitología nacional.

Esta iniciativa que sigue adelante debe ser sincronizada y armonizada con dos momentos: la solución temporal y la definitiva. Tanto la salida, el inicio de las obras definitivas y el regreso deben coincidir, ya que la institución no puede enfrentar, a la vez, dos costos financieros.

La temporal ante la urgencia de desalojar los actuales edificios en los próximos 18 meses por la orden del Ministerio de Salud. En ese plazo la Asamblea Legislativa debe, mientras se construye su casa definitiva, conseguir y habilitar un espacio digno para ubicar el Plenario, las comisiones y las oficinas de todos los legisladores.

Posteriormente, al estar el nuevo edificio definitivo, coordinar el retorno con el menor costo posible y la satisfacción de la mayoría de los costarricenses.

Esa es la tarea de la Comisión de administrativos nombrada al efecto con el apoyo de profesionales del Instituto Costarricense de Electricidad, del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos y del Ministerio de Obras Públicas y Transportes.

En estos momentos se está en la etapa de definiciones, buscando las mejores figuras jurídicas con un apego estricto a la legislación, respetando los procedimientos y los procesos, con la mayor transparencia, racionabilidad, probidad, en contacto con los diputados, buscando alternativas viables y reuniéndose con funcionarios del Banco de Costa Rica y el Banco Centroamericano de Integración Económica para contar con el soporte económico teniendo presente siempre el interes público.

El nuevo edificio definitivo de la Asamblea Legislativa debe representar un lugar que dignifique a la democracia costarricense, su civilismo, su apego a la libertad, a la paz y al respeto a los derechos humanos. Ese es el reto que tienen en sus hombros todos los señores diputados y los otros actores, entre ellos: Poderes de la República, medios de comunicación, especialistas en el tema y los costarricenses.