El presidente del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, abrió hoy la cumbre de líderes de la UE con un debate sobre la necesidad de reforzar el papel de Europa en el mundo.

"Hoy tenemos dos grandes cuestiones que tratar: asuntos exteriores y economía", dijo Van Rompuy en la apertura de la sesión, cuyos primeros instantes fueron retransmitidos por televisión.

La polémica en torno a las expulsiones de gitanos rumanos y búlgaros decretadas por Francia no figura en la agenda leída por el presidente del Consejo Europeo.

"Dominará probablemente el interés de los medios, pero no la reunión de los líderes", confirmaba a su llegada a la reunión el ministro finlandés de Asuntos Exteriores, Alexander Stubb. Van Rompuy recordó que en los seis meses que lleva en el cargo, los máximos dirigentes europeos se han ocupado casi exclusivamente de la crisis financiera "con resultados convincentes".

"La confianza ha sido restaurada y el crecimiento económico vuelve; la reforma de la reglamentación bancaria se pondrá pronto en marcha", pero, añadió, "tenemos que hacer más para salvaguardar el crecimiento y los empleos".

Está previsto que los Veintisiete -entre ellos tres nuevos gobernantes recién elegidos: las primeras ministras de Finlandia y Eslovaquia, y el primer ministro checo- revisen las reformas económicas en marcha durante el almuerzo.

El primer debate de la mañana estará dedicado, según Van Rompuy, a reforzar la posición de Europa en el mundo, a evaluar mejor los intereses europeos y a examinar cómo hacer el mejor uso del nuevo servicio diplomático común. "Debemos asegurarnos de que el todo es mayor que la suma de las partes", comentó el presidente.

La Unión Europea es el mayor donante mundial de ayuda para el desarrollo y la primera potencia comercial del mundo, pero ha topado con serias dificultades a la hora de definir y defender de manera efectiva sus intereses estratégicos.